Con Alfonzo McKinnie nadie se acuerda de McCaw

De jugar en Luxemburgo tras no ser querido por nadie, a tener un sitio de prestigio en la rotación de los Warriors. La historia de Alfonzo McKinnie fijó anoche un nuevo capítulo para el jugador de 26 años quien, en su segunda temporada en la NBA, está viviendo la cara buena del baloncesto. Alfonzo McKinnie, el mismo que aseguró no tener ni un entrenamiento previo al Draft de 2015, el mismo que fue carne de G League, el mismo que pensaba a primeros de octubre pasado, tras el último partido de pretemporada con los Warriors, que iba a ser cortado y enviado a casa, anotó 14 puntos en el triunfo de Golden State sobre los Grizzlies (117-101).

Alfonzo McKinnie, el mismo que hizo una de esas pruebas casi clandestinas para entrar en la G League, anónimas para todos menos para los que las organizan, en este caso los Windy City Bulls de su Chicago natal, ha jugado los 11 partidos que han disputado los Warriors, es uno de los jugadores con mejor porcentaje de triples en toda la liga y está para lo que se le necesite. Ayer, sin Shaun Livingston ni Andre Iguodala, disputó 29 minutos, su récord de presencia en la NBA. Dejó una fiabilidad desde el tiro notoria, con 6/9 en lanzamientos de campo y 2/3 en triples y fue protagonista del 34-15 del tercer cuarto que sentenció a Memphis.

Nadie se acuerda de McCaw

Es Alfonzo McKinnie, quien después de firmar con Toronto en el verano de 2017, de pasarse casi toda la campaña 2017-18 en la G League, estancia salpicada con su debut en la NBA con los Raptors (14 partidos), ha jugado casi ya más encuentros en la liga en apenas tres semanas de competición que en todo el curso anterior. Es Alfonzo McKinnie, despedido por Toronto en julio de 2018, repescado en principio para el training camp 2018 por los Warriors, y luego firmado con un contrato dual que al día siguiente, 12 de octubre, se convertía en un acuerdo por dos años, 2,77 millones, algo de dinero garantizado, siempre todo mejores opciones que las pasadas, cuando nadie le quería y se fue al inframundo del baloncesto profesional, a ganar dos encuentros solamente en la 2015-16, a ser el único estadounidense allí, a compartir vestuario con gente que tenía otros trabajos. A echar de menos todo. A volver a casa  después, en la primavera de 2016, a irse a México a los pocos días a acabar el curso, a representar a Estados Unidos en el Campeonato del Mundo de 3×3 en China.


Es Alfonzo McKinnie el que se ha visto beneficiado de todo el asunto Patrick McCaw, sin equipo ahora mismo por rechazar tanto la oferta cualificada como una superior de los Warriors. En Oakland ya no se acuerdan de él. Y es gracias a Alfonzo McKinnie. Si la suerte viene a verte, que te pille trabajando. Porque nada suele salir adelante sin una pequeña dosis de fortuna, casi nunca. Pero el resto es trabajo, constancia, estar en el lugar adecuado. Alfonzo McKinnie lo estaba cuando McCaw se hizo el interesante. Y ahora obtiene réditos de aquello. «No me puedo creer que no haya estado desde hace años en la NBA». Adoraciones reales de su compañero, Klay Thompson.

El hombre que pagó 175 dólares por probar con los Windy City Bulls, era en 2017 All-Star de la G League, profesional de la NBA meses después en Toronto y finalmente pieza de rotación importante en los Warriors. Vidas de película para una NBA de película.


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