DeMarcus Cousins lleva desde abril del año pasado sin jugar un partido de NBA, y aunque ha conseguido participar en varios entrenamientos con algunos equipos, no ha sido capaz de conseguir un contrato. En ese sentido, el pívot ha reconocido que lo que más le frustra es la impotencia que le genera no saber cuál es el motivo, pues le gustaría trabajar para corregir los problemas que pueda tener su juego pero no consigue que alguien le sea honesto al respecto.
«Ese es mi principal problema» comentó en su entrevista en Sirius XM Radio. «Soy una persona que se mira a sí misma cada vez que se encuentra en una situación complicada y se pregunta qué puede hacer para mejorar. Es algo de lo que estoy orgulloso. Así que he hecho muchas preguntas y me he puesto en contacto con antiguos equipos, pero solo recibo respuestas complacientes y no consigo que alguien me diga la verdad tal como es. He tenido muchos problemas con eso. Yo quiero una respuesta honesta».
Cousins viene de promediar 9,1 puntos y 5,5 rebotes en 15 en los partidos que disputó durante el curso 21-22 tanto en los Bucks como en los Nuggets. En ambos equipos demostró su capacidad para seguir siendo eficiente en ataque saliendo desde el banquillo, pero sus problemas de movilidad volvieron a convertirle en un jugador con problemas para la defensa del pick & roll al que las ofensivas rivales buscaban con cierta frecuencia. Su situación debe ser particularmente frustrante para un hombre que llegó a ser uno de los interiores más dominantes de la competición y que ahora, por culpa de las lesiones, seguramente se pregunte a menudo si ya ha jugado su último partido en la NBA.
(Fotografía de portada: Sean M. Haffey/Getty Images)