Aunque la clasificación general diga otra cosa, en estos momentos —pasando de puntillas por los Los Angeles— hay un equipo peor en la liga que Philadelphia 76ers.
El Wells Fargo Center se empieza acostumbrar a algo que hace nada parecía una quimera. Los Sixers suman seis victorias en los últimos quince partidos, y ayer volvieron a alzarse victoriosos, esta vez ante unos Phoenix Suns absolutamente perdidos en una horrible vorágine de resultados. Su triunfo frente a los Hawks fue un bello espejismo. Derrota ante los colistas por 103-113.
Archie Goodwin, confirmado ya como la segunda buena noticia en un equipo en crisis, fue el máximo anotador del encuentro con 26 puntos y 11/15 en tiros de campo. Alex Len le acompaño con 16, mientras que Devin Booker, el otro rayo de luz de la franquicia en las últimas semanas, se quedó en 12 tantos con una serie de 5/15.
Smith, determinante
No es casualidad. El lavado de cara de los 76ers coincide con la incorporación a sus filas de Ish Smith, quien a pesar de tener que resignarse a una franquicia por ahora perdedora, está siendo el líder, noche tras noche, de su nuevo equipo. Ayer firmó 20 puntos, 9 asistencias y 5 rebotes.
Además está viviendo sus mejores noches como jugador de la NBA. En sus primeras cinco temporadas sólo superó en dos ocasiones la barrera de los veinte puntos. Desde que viste de sixer, lo ha hecho ya cinco veces.
Todos los titulares de Brett Brown superaron la decena de puntos, destacando también Robert Covington con 19.
Sin Okafor
Su diamante en rookie, Jahlil Okafor, destaca como el máximo anotador del equipo (17,4) y segundo reboteador (7,3) y ayer —así como hará hoy ante Pistons— se perdió el choque por una infección.
Jeremi Grant ocupó su puesto, y Nerlens Noel hizo un buen papel en la pintura con 14 puntos, 9 rebotes y 3 robos.
Elton Brand por su parte vivió su primera convocatoria como miembro de la rotación, aunque no llegó a estrenarse a pesar de la falta de su hombre alto referencia.
Se acabó la rutina perdedora. Hay vida en Philadelphia.