Día grande, partido grande. Rival de entidad y Stephen Curry sigue mostrando que es uno de los mejores anotadores de la NBA. El de los Warriors firmó 49 puntos, récord personal de la temporada, cuarto mejor de su carrera deportiva y quinto mejor registro de todo el curso en la NBA. Lo hizo para liderar el triunfo de los Warriors sobre Boston (109-105). Muchos apuntan a este duelo como el del relevo, las nuevas Finales NBA. Si dan noches como la de hoy sábado, bienvenido sea.
Un encuentro de película, un desenlace apasionante. Curry (49 puntos) le ganó la partida a Irving (37 puntos). #dormiresdecobardes pic.twitter.com/HlcHZnXKF3
— NBA en Movistar+ (@MovistarNBA) 28 de enero de 2018
13 puntos en menos de dos minutos
Con 95-95 y ya 36 puntos en su casillero, Curry decidió que ya era suficiente. Que la resistencia de los Celtics iba a llegar hasta ahí, después de haber comandado los de Brad Stevens el partido durante dos cuartos y medio y haber empezado a ceder cuando Kyrie Irving, 37 puntos, se sentó para ponerse hielo en las rodillas. Casi nada es casual.
Decíamos que el duelo iba 95-95 y quedaban 1 minuto y 42 segundos cuando Curry encestó un triple frontal que empezaba a sentenciar a su rival. Fue una jugada de esas que muchos gurús critican porque, a sus ojos, no es baloncesto: ataque rápido y tiro veloz. La posesión ya para otro día. Una explosividad que más allá de gustos da un brillo a los partidos y los decora. El Warriors-Celtics tampoco es que necesitara muchos adornos, pero nunca nada así está de más.
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— Golden State Warriors (@warriors) 28 de enero de 2018
El triple de Curry puso el 98-95 e inició una secuencia de 13 puntos del exterior de Golden State. Solamente un tiro libre de Kevin Durant se sumó a la cuenta anotadora de los Warriors desde los 95 puntos de su empate ante Boston hasta los definitivos 109. Curry sacó un impoluto 8/8 en tiros libres en este tramo. Mal cliente para hacer falta por parte de los Celtics, que incluso así lo pudieron tener cerca con un triple brutal de Terry Rozier que ajustó todo a falta de segundos (105-104). Pero Curry había aparecido para no irse, para minimizar la actuación de Irving, que falló su primer tiro mediado el segundo cuarto, para socorrer a los suyos en una mala noche de Klay Thompson (3/12 en tiros de campo y 0/4 en triples) y, en definitiva, para enseñar al mundo que estos Warriors aceleran cuando toca rival de entidad. Y ahí Curry sobresale. Siguen siendo los favoritos a todo.