De resultar impensable que alguien no llamado LeBron James o Kevin Durant pudiera dominar la NBA, el año 2015 deja en lo más alto al tirano más de ‘a pie’ que la liga haya tenido nunca: Stephen Curry.
Al título conseguido con los Golden State Warriors, el MVP en la temporada regular y su inimitable ristra de plusmarcas desde la línea de triple, Curry acaba de añadir el prestigioso premio de Atleta del Año (masculino) para la agencia The Associated Press.
Curry ha conseguido el afamado destacamento entre el absoluto total de deportistas americanos de todas las disciplinas de élite posibles, siendo el cuarto jugador de la NBA en conseguir el galardón en 85 años de historia.
Para dar proporción al nombramiento de Curry, vale la pena mencionar que antes de él, solo Michael Jordan, LeBron James y Larry Bird consiguieron lo propio.
El base de los Warriors finalizó primero un exhaustivo escrutinio entre los redactores y directores de la popular firma agencia de información norteamericana.
No parar de récords
«Es un verdadero honor. Estoy agradecido por el nombramiento porque se hace de entre todos los deportes diferentes. Es realmente genial», alegó Stephen Curry tras conocer su condecoración.
A este premio, el anillo de la temporada pasada o su MVP, Curry añade que su equipo lleva una marcha incontenible este curso –récord de 28-1 mediante–, los partidos de los Warriors son los más vistos de toda la liga (por mucho), o que su camiseta es la más vendida de la NBA.
Curry es también el mejor triplista de la NBA, en números y sensaciones, o quien mejor promedio anotador mantiene, con 30,8 puntos pertrechados por noche.
Siendo humano
Más allá de récords y guarismos de ciencia ficción, Curry ha conseguido ser el rostro de la NBA y dominar la liga sin valerse de un físico preponderante, como antes hayan hecho LeBron James, Michael Jordan o pívots como Shaquille O’Neal. Su reinado se apoya en su inabarcable calidad en los lanzamientos y la fantasía que alimenta sus dedos.