La 13ª victoria de los Warriors llegó de forma bastante sufrida. En contra de lo que el 89-104 que refleja el marcador final pueda invitar a pensar, Golden State se encontró en su visita al Rocket Mortgage FieldHouse a unos Cavaliers aguerridos que demostraron una enorme capacidad para atascar la ofensiva de los de Kerr durante muchos minutos, lo que les puso en serios aprietos y les hizo pasar gran parte del choque por detrás. No obstante, con la llegada del último cuarto, Stephen Curry decidió que era el momento de acabar con las ilusiones de los locales y tomar las riendas del partido.
Los de San Francisco caían por 81-68 cuando terminó el tercer periodo, y apenas habían dado muestras del nivel que vienen exhibiendo a lo largo de la temporada. Cleveland, pese a sus muchísimas bajas, estaba logrando que los visitantes no pudiesen desplegar su juego, y amenazaban con llevarse el duelo contra todo pronóstico. De hecho, la distancia a final del tercer cuarto era en aquel momento la máxima del partido, y los Warriors, muy desdibujados durante los 36 minutos disputados, tenían ante sí una labor complicada si querían llevar a cabo una remontada.
8-36 para salvar el día
«Con Stephen Curry en la pista, siempre tienes una oportunidad» aseguró Steve Kerr tras el partido. Y así fue.
El base, que llevaba 20 puntos hasta el momento, anotó otros 20 en el último cuarto para alcanzar los 40 y comandar a los suyos en uno de los parciales más demoledores que hayan protagonizado. Golde State arrancó el cuarto periodo con un 0-17 de salida, acabando con la rente de los Cavs en cuestión de minutos y tomando la delantera, y fue estirando su buen momento hasta cerrar con un parcial de 8-36 que convirtió un duelo que tenían cuesta arriba en una victoria cómoda.
Curry firmó en este periodo un 8/12 en sus lanzamientos, incluyendo un 4/7 desde el perímetro que le permitió terminar con 9 triples por cuarta vez en lo que va de temporada. Steph acumula así 38 encuentros con 9 o más triples, 29 más que Damian Lillard y James Harden, segundos en dicho ranking.
Nemanja Bjelica, con 14 tantos, fue el segundo anotador de los de Kerr, que no ofrecieron demasiado apoyo a Curry a nivel de puntos. En otros aspectos, sin embargo, Draymond Green volvió a ser fundamental, especialmente a nivel de generación y distribución ofensiva con 14 asistencias.
En los locales, Darius Garland se fue hasta los 25 puntos, y estuvo bien secundado por los 17 que firmaron tanto Dean Wade como Kevin Love. Los de Ohio no pudieron contar con Collin Sexton, Evan Mobley, Lauri Markkanen, Jarrett Allen y Cedi Osman, pero aun con tantísimas ausencias lograron plantar cara a los líderes durante gran parte del choque. Sin embargo, una vez que Curry comenzó con su bombardeo final, no solo no hallaron forma de frenarle, sino que parecieron salir mentalmente del partido y no encontraron respuesta tampoco a nivel ofensivo.
«Curry es una barbaridad de jugador» reconoció Bickerstaff. «Los tiros que ha metido no eran nada fáciles, pero sabemos que tiene la habilidad para anotarlos y que Draymond sabe cómo conseguir que reciba con espacio. Son el mejor equipo de la liga por algo».
(Fotografía de portada: Jason Miller/Getty Images)