Stephen Curry encaró a Luguentz Dort cuando quedaban alrededor de 8 segundos para el final duelo entre Thunder y Warriors, que llegaba a dicha tesitura empatado a 139-139. Tras un par de botes agresivos con los que sacudir a su marcador para hacerse espacio, el base se fue hacia la pintura. Marcó los pasos, el segundo intencionadamente corto para ganar algo de distancia con respecto a la ayuda de Chet Holmgren. La bandeja, también teniendo en cuenta la llegada del rookie, cogió mucha altura pero no demasiada fuerza, la suficiente para impactar en el tablero y quedarse en aro, donde tras un par de rebotes, terminó dentro. Partido resuelto. O eso parecía.
En un final con más giros de guion que Testigo de Cargo, la canasta de Steph a falta de 2 décimas de segundo resultó ser solo el principio del drama. Y es que, en lugar de dar la canasta, los árbitros señalaron que Draymond Green había interferido en la acción al tocar el aro mientras el balón aún estaba rebotando en él, lo que anulaba la acción de Curry. No obstante, no lo hicieron por convicción, sino porque señalar algo era la única manera de poder revisar la jugada para rearbitrarla. Así que eso hicieron. Sacaron las pantallas y empezaron a examinar lo que había ocurrido.
La primera toma, grabada desde arriba, desató la gritos de celebración del Paycom Center, pues daba la razón a los colegiados: Draymond Green había tocado el aro cuando el balón, aunque iba camino de colarse en la canasta, no había entrado aún. Era claro. Había que anular la canasta. Pero…
La siguiente toma, esta lateral, reflejaba algo más. Josh Giddey, que también había saltado en busca de un posible rebote, había tocado la red, lo cual implica un goal tending y convierte en canasta el lanzamiento. Ante la duda, hubo que comprobar quién de los dos había cometido antes su infracción, y el australiano fue el perjudicado. La canasta subía al marcador y con dos décimas de segundo y sin tiempos muertos no había nada que los Thunder pudieran hacer. Como ocurrió ante Sacramento, Golden State volvía a llevarse el triunfo en el último segundo.
Rozando la proeza
Fue un cruel final para OKC, que sin Shai Gilgeous-Alexander en pista demostró ser un plantel plagado de armas ofensivas con las que plantar cara a uno de los mejores equipos de la competición. Luguentz Dort, con 29 puntos, lideró al equipo gracias a su 6/6 en triples, pero contó con el apoyo fundamental de Chet Holmgren, que alcanzó los 24, y de los 18 con los que terminaron tanto Jalen Williams como Josh Giddey, dando siempre a los de Daigneault un jugador de referencia al que seguir en cada momento de partido. Pero cuando se llegó a los compases finales, sí se echó en falta el temple y el saber estar de Shai. Unas virtudes que sí tuvieron los tetracampeones.
Curry, con 30 tantos y la canasta ganadora, fue quien más brilló, pero tan importantes las excelentes defensas de Gary Payton en el clutch, la osadía de Green en el penúltimo ataque para amagar el mano a mano a Steph y en su lugar ir hacia dentro y colgar un alley oop al propio Payton, el acierto de Klay en el triple y el tiro libre. Y por supuesto, la aportación de un banquillo que, con Chris Paul como mariscal, consigue que el equipo no se hunda cuando Curry descansa, algo que les pasó factura el año pasado. El base repartió 13 asistencias mientras que Dario Saric y Jonathan Kuminga se fueron hasta los 20 y 19 puntos respectivamente, permitiendo a la segunda unidad aguantar los arreones locales y dejar el partido vivo hasta el final.
Golden State se coloca así con cinco victorias en seis partidos y se convierte además en el primer ganador del Grupo C de la Copa NBA, que se promete muy parece y destinado a decidirse en pequeños detalles como el de esta madrugada.
(Fotografía de portada: Thearon W. Henderson/Getty Images)