Que la agencia libre de 2019 supone un antes y un después en la vida de los Golden State Warriors resulta innegable. La salida de Kevin Durant (a la que se suma la lesión de Klay Thompson) y los grandes refuerzos de otras franquicias del Oeste han hecho que los de Kerr ya no sean el temible superequipo que eran hace unos meses, y la idea de que esto supondrá inevitablemente el fin de su dinastía no ha tardado en surgir. Sin embargo, más que desmotivar al equipo, parece que esto les servirá como nuevo aliciente tras cinco años dominando su conferencia.
Al menos esto es lo que se deduce de las palabras de Stephen Curry, quien en el último episodio de su Facebook Watch confesó que le gusta mucho ver lo extendida que está dicha idea: «Oh, la narrativa de que los Warriors estamos acabados. La oigo por todos lados, y me encanta. Este año veníamos de ganar varios campeonatos y éramos el rival a batir, pero ahora volvemos a ser aspirantes. De todas formas, el equipo no necesita ningún plus de motivación, y yo tampoco» afirmó.
Es cierto que el nivel de la plantilla ha sufrido un duro revés este verano, pero descartar por completo a Golden State resulta más que osado. Siguen contando con un dos veces MVP como Curry, una pieza clave como Green, Klay volverá de su lesión tarde o temprano, y la incorporación de Russell les da un plus de talento a la vez que les ofrece múltiples opciones para cuando se acerque el cierre de mercado. Quizás las ganas de verlos caer definitivamente están pesando de más en algunos análisis.
Con todo, como el propio Curry afirma, la posición de la franquicia ha cambiado. Han pasado de estar en el punto de mira de todo el mundo a ser uno más en un pelotón de cabeza plagado de aspirantes. Será interesante ver cómo afrontan este cambio de paradigma y cuánto queda del equipo campeón que eran hace muy poco.
(Fotografía de portada: Ezra Shaw/Getty Images)