Los Mavericks tienen estas cosas. Siendo uno de los equipos más impredecibles de la NBA, un día pueden caer ante el rival más inesperado, y al siguiente pasar por encima de uno de los mejores conjuntos de la competición. Anoche ocurrió lo segundo. Recibieron a Phoenix, primer clasificado de la Conferencia Oeste, y literalmente les pasaron por encima hasta cerrar el partido con un claro 130-111.
Dallas cimentó el triunfo en un aplastante primer tiempo. Al concluir los primeros 12 minutos ganaban por 18 puntos. Al llegar al descanso habían estirado la renta hasta los 26. Game over. Aunque los Suns intentaron reaccionar en la segunda mitad, nunca lograron ponerse a menos de 17 puntos de distancia. Tan plácido fue el choque para los de Texas que Luka Doncic ni saltó a la cancha en el último cuarto; eso sí con 29 minutos le bastó para firmar 33 puntos, 8 asistencias y 6 rebotes. Lo dicho, fue una paliza.
La presentación de Luka, quien lleva este curso 17 partidos con al menos 30 puntos, fue tremenda; pero es obvio que para vencer claramente a un rival como Phoenix necesitas más. Dallas lo tuvo. Spencer Dinwiddie se marchó hasta los 21 puntos y Tim Hardaway Jr. alcanzó los 17, logrando además cinco triples cada uno. Fue un gran esfuerzo colectivo bajo la batuta de Doncic.
Más allá de los mencionados, quien sigue mejorando día a día es Josh Green. El guard de 22 años logró anoche 16 puntos desde el banquillo, anotación a la que añadió 5 asistencias y 4 rebotes. Jason Kidd elogia su progresión. «La verdad es que el chico es muy bueno y, si sigue trabajando a este nivel, le van a pagar mucho dinero. Ojalá no se vaya», comentó recordando quizás lo ocurrido con Jalen Brunson.
Booker, desconocido
Devin Booker estuvo lejos de su nivel. El escolta llegaba a Dallas tras promediar 39 puntos en sus cuatro últimos partidos; sin embargo, no pudo pasar de los 11 ante los Mavs con un 4 de 13 en tiros de campo. Quien sí apareció fue DeAndre Ayton con 20 puntos que, en todo caso, fueron insuficientes ante el aluvión del rival. El pívot cree que esta derrota puede ser positiva para descubrir qué deben hacer cuando los tiros no entran al nivel habitual.
«Ya es hora de que un equipo realmente nos dé un azote y nos permita volver al laboratorio y descubrir qué debemos hacer cuando no encestamos tiros durante los partidos. Debemos encontrar cómo adaptarnos a eso», sentencia el center de los de Arizona.
(Fotografía de Christian Petersen/Getty Images)