Darius Miles, otro NBA en bancarrota

En más ocasiones de las que sería ideal, el brazo protagonista de la NBA se ve asfixiado por la bancarrota. Años y años nadando en millones de dólares para, poco después del retiro profesional, verse sepultados por montañas de deudas, niveles de vida insostenibles y el hastío que provoca la pérdida de estrella. El último exjugador NBA en cortar la cinta de la vergüenza es Darius Miles, que se ha declarado en bancarrota, tal como se hizo eco Belleville News-Democrat.

16 años después de entrar en la NBA como un talento emergente y más de 62 millones de dólares canjeados como jugador, Miles está, desgraciadamente, con las reservas desiertas.

Ahora, su recuerdo está cada vez más vago, pero Miles llegó a tener un impacto bastante creciente en la liga. Antes casi de descorchar su virilidad profesional, ya poblaba portadas tan selectas como Sports Illustrated.

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Deudas y vida fuera

Ahora con 34 años y ocho temporadas después de haber deshojado la margarita en la NBA –su último curso fue la 2008-09–, las deudas económicas amenazan con sepultar a Darius Miles.

El exjugador de Clippers, Cavaliers, Trail-Blazers y Grizzlies afirma tener más cantidades adeudadas de las que actualmente puede soportar dados sus flujos de ingreso. Cientos de miles de dólares que no resultaron bien colocados y que ahora forman parte de las deudas de Miles. Negocios infructuosos, deudas de mantenimiento…

Como jugador NBA

Llegado a la liga desde el número 3 del Draft del 2000, a Miles se le intuía un pedigrí incalculable en el baloncesto profesional. Directamente desde el instituto, sus primeros años en la NBA pasaron entre Clippers, Cavaliers… y un estancamiento degenerativo. En Cleveland fue escudero de un joven LeBron James, que tapó, indudablemente, parte de sus huecos en el equipo de Ohio.

Después, Portland apostó por él: seis años y 48 millones del año 2004. Fue uno de los capos de los mal recordados Portland Jail-Blazers. De la mano de un vestuario nuclear (Rasheed Wallace, Damon Stoudemire, Zach Randolph, Bonzi Wells o Ruben Patterson), pasó de talento emergente a uno de los malotes de la liga en solo unos años. Su carrera NBA estaba casi ya quemada para siempre y solo contaba con 23 años.

Su mejor temporada fue la 2005-06, media de 14,0 puntos por noche, pero ya muy cerca de su ocaso. Para el recuerdo, además de sus fechorías en Oregón, actuaciones como los 47 puntos ante Denver.

Retiro y bancarrota

Cualidades bárbaras en defensa, rebote, no tanto así en ataque, lo que erosionó sus días NBA fueron unas costumbres más bien ajetreadas lejos de los estadios. Y dentro también.

Poco después de su mejor temporada, una lesión de rodilla le obligó a pasar por el quirófano. Eso y la no poca fama acumulada con los años le alejaron de las pistas. Ahora, en edad todavía de ser profesional pero tras casi una década sin jugar, su partido más decisorio no se juega entre canastas.


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