New York Knicks quiere construir desde cero. Tras solo tres presencias en playoffs desde 2004 y montones de proyectos hundidos casi antes de alejarse del puerto, los neoyorquinos han optado por dar el mando del equipo a David Fizdale, un técnico curtido en el staff de los Miami Heat campeones de LeBron James y que debutó como entrenador jefe en 2016 con Memphis Grizzlies. La apuesta parece acertada, pero no por ello se libra de ese halo de pesimismo que lleva tantos años rodeando a la franquicia; algo que pudo comprobar cuando tras su presentación un fotógrafo le deseó suerte. Él, agradecido por tal empujoncito, no esconde que trabajar en los Knicks no tiene comparación con casi ningún equipo en la NBA.
«Sentí honor y emoción. Soy una especie de romántico del baloncesto, y desde ese punto de vista estamos hablando de los Knicks. Confían en mí para reconducir el rumbo del barco. Significa mucho para mí. La gente aquí es genial; les apasiona el baloncesto. Aman a su equipo. Quieren ver a los Knicks recuperando un lugar relevante en la liga. Aún no he ganado ni perdido, pero me están tratando muy bien», explica en una entrevista concedida a The Undefeated.
Ha llegado con una ilusión desbordante, eso es innegable, pero la realidad es que sabe que se le exigirán victorias. No le importa. Entiende que es normal, pero de igual manera no quiere vender humo. Desde ya avisa que sin paciencia no conseguirán nada.
«Hay que mantenerse en el proceso. No hay que intentar conseguir un home run. Hay que ser pacientes con nuestro desarrollo y la forma en que construimos nuestra cultura desde cero. Hacerlo de la forma correcta, sin saltarse pasos y tratándonos bien dentro de las paredes de esta organización. Con el tiempo la gente verá que se trata de unos New York Knicks diferentes. El reclutamiento despegará y conseguiremos los agentes libres correctos para acompañar a estos talentosos chicos».
Visita a Porzingis
Más allá de las bases que desea instalar en el día a día del equipo, Fizdale sabe que hacer crecer a Kristaps Porzingis es una de sus tareas más importantes. Por ello, ya tiene organizado un viaje para pasar tiempo junto a él durante el verano. «Hablamos por Whatsapp todo el tiempo. Mi esposa y yo volaremos en dos semanas para estar una semana con él y su familia. Hablando con él he sentido su emoción. Le gusta lo que estoy planteando desde el punto de vista del estilo de juego, uno en el que no estará encerrado en ninguna posición y retándolo a que se convierta en MVP y en Jugador Defensivo del Año. Creo que realmente le gusta lo que ha escuchado y la idea que tengo».
Los novatos
A la espera de lanzarse en la agencia libre –parece que será ya en 2019–, y cerrar algún traspaso que les coloque en mejor posición, Fizdale sabe que por ahora le toca desarrollar a los jóvenes talentos con los que cuenta. Entre ellos están los recién llegados, Kevin Knox y Mitchell Robinson, para los que no tiene más que buenas palabras. «Me gustan mucho. Trabajan muy duro, no pierden el tiempo, vienen a trabajar como adultos. Son competitivos. Puedes ver que les gusta estar en los Knicks. Obviamente me encantan sus condiciones atléticos. Son mi tipo de jugador y son buenos chicos. Son niños con buen corazón que solo quieren llegar a ser buenos jugadores de baloncesto».