A pesar de iniciar con buen pie, la temporada de los Washington Wizards ha ido cayendo sin freno durante los últimos meses. En esta ola de malos resultados aparecieron rumores que apuntaban a un ambiente de vestuario nocivo. Cristalizando en momentos como la pelea entre Montrezl Harrell y Kentavious Caldwell-Pope. Todo parecía a punto de estallar y la lesión de Bradley Beal para lo que resta de temporada le ha dado una excusa a la franquicia para cambiar de rumbo por tercera vez en los últimos dos años. Aprovechando los más de 2000 kilómetros que separan Washington de Dallas, Davis Bertans ha sacado a la luz unos problemas que permeaban por todos los poros del equipo. «Es difícil construir química cuando todos los días la gente se pelea por tener más minutos».
La ambición es un motor básico en el rendimiento de un jugador NBA. No tiene por qué ser algo negativo pretender jugar más minutos o recibir un rol de mayor importancia en un equipo. Los problemas aparecen cuando estas pretensiones se traducen en forjar resquemor hacia el resto de integrantes del vestuario. «Probablemente fuese nuestro mayor problema durante la temporada. Al principio no fue un problema porque todo el mundo estaba tratando de ver cómo encajaban en un nuevo proyecto. Pero una vez las cosas empezaron a ir cuesta abajo, es muy difícil darle la vuelta a una situación así» declaró el letón en su primera rueda de prensa con los Mavericks.
(Fotografía de portada de Rob Carr/Getty Images)