Si hay algo en lo que DeAndre Jordan destaca positivamente, eso sin duda lleva el nombre de rebotes y mates. Y cuando una de estas acciones tiene resultados definitivos para su equipo, la felicidad por tener un jugador con esa potencia física es plena.
A falta de 9 segundos para acabar el partido, Chris Paul tenía dos libres para lanzar. El primero lo metió y puso uno arriba a los Clippers. El segundo fue errado. Pero no pasó nada.
Jordan agarró en el aire la bola, dando rienda suelta a su ferocidad bajo los aros y, tras apoyarse en canasta, convirtió dos puntos más para castigo de unos Heat que se quedaban a cuatro puntos y ya nulas opciones de llevarse el encuentro.
«Lo único que quería era salir ahí y lograr una victoria», añadió el pívot, que fue autor de 12 puntos y 19 rebotes.
Al final, triunfo para los chicos de Doc Rivers por 98-102 en su visita a Miami, encadenando de esta manera su cuarto triunfo seguido.
La falsa polémica
Antes de comenzar el partido habían corrido unas palabras por parte de Hassan Whiteside en las que afirmaba que Jordan lo único que «sabía hacer eran alley-oops». El pívot de Miami después recalcó en varias ocasiones que esas declaraciones habían sido malinterpretadas y sacadas de contexto, pero parecieron espolear de todos modos a Jordan.
Por el contrario, lo hecho por el interior de los angelinos no parecía extrañar a nadie de su equipo, y el mismo Paul comentó que «eso es lo que siempre hace. Rebotear, lanzar…».
En el lado local, Goran Dragic tuvo 21 puntos y 11 asistencias, mientras que Justise Winslow acabaría con 15 tantos en su haber.