DeAndre Jordan mantiene intacto su cariño por Los Angeles Clippers. En un año que está siendo más que movido con salidas tan sonadas como las de Chris Paul y Blake Griffin, ni siquiera el hecho de haberse visto constantemente en los rumores de traspaso ha descentrado al pívot, quien se toma todo lo ocurrido con mesura.
«No creo que se trate de nada por lo que se haya que ser demasiado dramático. Han pasado muchas cosas, pero yo siempre he intentado mantener mi cabeza centrada y rodando más allá de lo que estuviese pasando», declara a Yahoo! Sports.
La actitud de Jordan es sin duda la correcta. Poco o nada tiene que ganar señalando algún tipo de desencuentro con el equipo. Sin embargo, no deja de ser sorprendente que hable de los Clippers como el que puede ser único equipo de su carrera. Antes de iniciar el curso no firmó una extensión, hace unas semanas estuvo cerca de ser traspasado a los Cavaliers y en unos meses será agente libre. No le importa. Él quiere seguir en casa.
«Estoy aquí y es eso en lo que estoy centrado. Estoy emocionado por ello. Como le comenté a alguien el otro día, espero poder jugar otros 10 años aquí. En eso estoy concentrado ahora», explica DeAndre, quien con 10 años consecutivos es el jugador que más tiempo ha permanecido en los Clippers.
Entiende a sus compañeros
Cosas del destino. Hace tres años DeAndre Jordan estaba a punto de irse a Dallas Mavericks cuando en su casa aparecieron Chris Paul, Blake Griffin y J.J. Redick para convencerle de que se quedase. Así lo hizo. Hoy es el único superviviente. «A fin de cuentas la gente hace lo que es mejor para ellos y su familia. Estoy feliz por esos chicos que eligieron diferentes caminos y equipos. No puedo estar molesto por las decisiones que toman», sentencia.