Warriors, más paradojas de la decepción

Con un 3-1 en las Finales de la NBA —no lo decimos nosotros, lo decía la historia—, muy mal se te tiene que dar para no ampliar tu bisutería personal. Y tanto o más fue para los Golden State Warriors.

El mejor equipo de siempre en temporada regular ha sido, en cierta manera, empañado por la no consecución del título en las eliminatorias por el campeonato. Una trágica curiosidad resulta que los Warriors perdieron tantos partidos en Playoffs (15-9 como récord desde que se cruzaran con Houston en primer ronda) como los que entregaron en regular season (73-9).

Los mismos partidos cedidos en lapsos de 82 y 24 noches de largo. Cabos sueltos que los Warriors no amarraron a su debido tiempo y que después han terminado por hacer zarpar el anillo en dirección a la coste Este. Paradoja importante para sumar un motivo de peso que ha privado a La Bahía del título.

Curry y pérdidas

Otra estadística para la reflexión corrobora que Stephen Curry, vigente MVP de la NBA, no ha sido todo lo decisivo que hubiera querido en las Finales.

El base de los Warriors dejó una cifra más alta de pérdidas de balón (30) que de asistencias totales (26) durante la serie.

Este dato transluce el inusual concurso del base durante la ronda por el título. ¿Desde cuándo el mejor jugador de la competición firma tan alegremente con el error? Otro de los sinsentidos que han tumbado a los Warriors.


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