Déjà vu en Phoenix: los Nuggets son finalistas del Oeste

Ha vuelto a ocurrir. De alguna manera, lo que era histórico, inimaginable, irrepetible, imperdonable y todos los maximalismos que se nos ocurran, ha sucedido otra vez un año después. Otra vez en casa, otra vez jugándose la eliminación en las semifinales de Conferencia, y otra vez los Suns han sido arrollados en la primera mitad. Y otra vez, la temporada acaba aquí.

Las miradas de incredulidad se mezclaban con abucheos mientras ambos equipos ponían rumbo a vestuarios con un 51-81. Algunos todavía tenían en la retina el 27-57 de la temporada anterior, el crossover de Doncic sobre Cameron Johnson, el triple, la mirada de asesino. Imágenes que a partir de ahora se confundirán con un floater de Jokic, con una asistencia desde cabecera, con una mirada indiferente de tipo tranquilo. Porque al final, el resultado ha sido mismo. Puerta grande para unos y enfermería para otros.

Puerta grande para Denver, que tras dos playoffs repitiéndose a sí mismos que sin problemas de lesiones la historia sería otra, han demostrado que tenían razón. Los de Colorado vuelven a unas Finales de Conferencia a las que ya llegaron en la burbuja de Orlando y lo hacen con más sensación de candidatos y de rival a batir. Lo hacen cambiando la épica de las remontadas por la contundencia de un baloncesto arrollador, de un juego que orbita alrededor de un dos veces MVP y de la chispa y el hambre de un equipo que llevaba años esperando este momento. Y que, con un triunfo por 100-125 en la cancha del que para muchos se convirtió en el gran favorito en el mes de febrero, ha demostrado que ha valido la pena.

Enfermería para Phoenix, que lejos de renacer de sus cenizas se ha vuelto a quemar en ellas. Y esta vez, sin la excusa del accidente y del no saber qué ha pasado. Porque, sin Chris Paul, sin Ayton, y con una rotación hecha a base de sobras y en la que deberán trabajar este verano, se podía perder. Lo que no se podía hacer era repetir el día más negro en la historia reciente de la franquicia. Volver a hacer aquello por lo que ya pediste perdón.

El rey del triple-doble

No hizo falta esperar demasiado para ver cuál iba a ser la tónica del encuentro, igual que no hizo falta demasiado para ver quién iba a ser su gran dominador. Nikola Jokic salió a la pista a adueñarse del partido y lo hizo como mejor sabe. Leyendo, distribuyendo, creando, anotando. Con 14 puntos y 5 asistencias en el primer cuarto, estaba claro qué tipo de noche estaba por delante. Y quién sabe cómo habría terminado la cosa si el duelo no hubiese estado sentenciado al descanso.

32 tantos, 12 asistencias y 10 rebotes fueron los números con los que terminó el serbio, que cierra la eliminatoria promediando 34,5 puntos, 13,2 rebotes y 10,3 asistencias con un 59,4% de acierto en tiro. Una eliminatoria que ha dominado como ha querido, pero en la que no ha estado solo.

Kentavious Caldwell-Pope, con 17 de sus 21 tantos en el primer cuarto, y Jamal Murray, con 18 de sus 26 al descanso, fueron sus mejores escuderos en una primera mitad que es ya historia de la franquicia. Pero todo, como siempre, alrededor de él. Del gigante serbio que no esprinta y al que le gustan los caballos y que circunstancialmente resulta ser uno de los grandes dominadores si no el gran dominador del baloncesto mundial.

¿Ahora qué?

De los Suns hay en realidad poco que decir que no diga por sí mismo el resultado al descanso. La serie ante los Clippers ya dejó muchas dudas y esta ha dejado directamente heridas abiertas. Y también preguntas, muchas de ellas muy incómodas, sobre el presente y el futuro. Sobre el qué ha pasado y el qué pasará.

Qué ha pasado y qué pasará con un Devin Booker que, tras unos playoffs titánicos, hoy ha dicho basta. Que tras dejarse la vida en cada victoria y promediar 35,9 puntos por partido, hoy se ha quedado en 12. Que se lleva un nuevo batacazo y que se ha negado a hacer declaraciones.

Qué ha pasado y que pasará con un Kevin Durant que llegó para llevar a este equipo al campeonato y que, igual que en el Game 5, se va con veintitantos puntos en el casillero pero con la sensación de haber aportado mucho menos. Con un proyecto que ya se tambaleó el año pasado y que tal vez no esté preparado para asumir otro terremoto. Con un equipo que cuenta con dos de los mejores anotadores del mundo y que termina el partido más importante de la temporada liderado por los 31 tantos de Cameron Payne.

(Fotografía de portada: Christian Petersen/Getty Images)


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