La típica noche para el olvido de una plantilla propició que Denver lograse una victoria de prestigio en el Oracle Arena y los Warriors no fuesen capaces de hacer mucho por evitarlo. Los 11 triunfos seguidos de Golden State finalizaron tras imponerse los Nuggets en su casa por 81 a 96.
Una combinación de factores mentales como la racha de la que disfrutaban, Nochebuena a la vuelta de la esquina y el partido contra los Cavaliers en Navidad hicieron que los jugadores de Golden State no se empleasen a fondo como en ellos es habitual. “No hemos estado emocionalmente en el partido esta noche”, dijo Steve Kerr. “Algunas veces después de una larga racha ganadora, por la razón que sea, te relajas un poco. Lo más preocupante para mí esta noche es que no he visto que nos divirtiésemos”.
Los jugadores de los Warriors estuvieron tan poco certeros que su 3 de 27 en tiros de tres puntos sirve como estadística perfecta para explicar el desarrollo de la noche. Los 81 puntos anotados, su peor marca de la temporada, también.
Gary Harris fue el máximo anotador de los Nuggets con 19 puntos y Nikola Jokic añadió 18 tantos, 9 rebotes y 4 asistencias y Jamal Murray 14 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias.
Ni siquiera se salvo de la quema Kevin Durant, quien erró 11 de sus 17 de tiros y se quedó en 18 puntos y 6 rebotes; Kay Thompson estuvo aún peor, con 15 puntos y 6 de 21 en tiros de campo, incluyendo 1 de 10 en triples. Draymond Green aportó 10 puntos, 6 asistencias y 5 rebotes. Zaza Pachulia, Shaun Livingston y Stephen Curry fueron baja por lesión, pero se espera que los dos primeros puedan participar en el partido del lunes ante Cleveland.