¿Simplemente son mejores? Puede ser. Denver volvió a tomar anoche Miami y lo hizo con gran baloncesto y autoridad. No necesitaron un partido de locura de Nikola Jokic, ni tampoco una actuación estelar de Jamal Murray; como ya hemos dicho en otras ocasiones, el juego de los Nuggets básicamente fluye entre todos sus hombres en pista y en el Game 4 fue justo lo que ocurrió para que se lo llevasen por 95-108, poner el 3-1 en las Finales de NBA y quedarse a una sola victoria del que sería el primer anillo de su historia.
No se puede decir que Miami no lo intentase. Si algo le sobra al equipo de Erik Spoelstra es determinación por muy mal que esté el panorama, pero en esta ocasión la sensación que dan es que no les alcanza. Contra Boston fueron un constante martillo ante el que Jaylen Brown ‘se quejó’ diciendo: «están jugando mejor de lo que son». No creemos que fuese tan así, pero sí es verdad que contra los de Colorado se está notando un vacío tras Jimmy Butler y Bam Adebayo. Anoche, sin ir más lejos, sumaron únicamente dos puntos entre Gabe Vincent y Max Strus… Ante los Nuggets eso es insostenible.
En cuanto al desarrollo del cuarto partido, los Heat tuvieron sus momentos, pero lo cierto es que parecía que el único que podía ganar era Denver. Los chicos de Michael Malone apretaron los dientes en la segunda parte y en varias ocasiones lograron rentas superiores a los 10 puntos. Lo tenían controlado, tanto como para que Nikola Jokic cometiese su quinta falta a 10 minutos del final y que Miami no pudiese aprovecharlo más que para ponerse a cinco puntos. El atisbo de remontada quedó en nada. Jamal Murray clavó un triple y dio el testigo a un Bruce Brown que, incluso con el pívot serbio ya en pista, asumió la responsabilidad para sentenciar el partido y posiblemente las Finales.
«Hoy se trató de un verdadero esfuerzo de equipo. Ni siquiera puedo nombrar a una persona. Todos estuvieron metidos en la película. Necesitamos uno más para conseguirlo», comenta un Jamal Murray que concluyó con 15 puntos y 12 asistencias, números que le permitieron convertirse en el primer jugador que debuta en unas Finales logrando cuatro partidos consecutivos de al menos 10 asistencias.
Lo cierto es que a Murray no le falta razón en sus palabras. Denver tuvo un funcionamiento coral en el que Aaron Gordon fue el máximo anotador con 27 puntos, mientras que Nikola Jokic firmaba un doble-doble de 23 puntos y 12 rebotes, y ya desde el banquillo Bruce Brown ponía otros 21 tantos sobre la mesa. Sí, fueron imparables para los de Florida.
Butler, Adebayo… y poco más
Jimmy Butler firmó un completo partido de 25 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias, mientras que Bam Adebayo logró un doble-doble de 20 puntos y 11 rebotes. Ambos estuvieron bien, pero el acompañamiento fue más que errático. Cero puntos de Max Strus y dos de Gabe Vincent es un hoyo demasiado grande para un equipo que necesita rozar la perfección para batir a los Nuggets. Tales fueron los problemas de los Heat, sobre todo en el tercer cuarto, que tuvo que ser la aparición de Kevin Love (nueve puntos consecutivos) lo que les mantuviese en el partido.
De cara al Game 5 no pueden permitirse otra actuación igual. Si elevan su acierto exterior (32% en el triple anoche) y cuidan mejor el balón (16 pérdidas por 7 de los Nuggets anoche) pueden tener una posibilidad. Si repiten actuación, no tendrán opción.
Spoelstra sigue confiando
El discurso de los Heat no va a cambiar a última hora. Erik Spoelstra lleva meses señalando que están teniendo que coger siempre el camino más difícil y confía en que en esta ocasión puedan volver a superarlo. «Tenemos un grupo increíblemente competitivo. Hemos hecho todo de la manera difícil y esa es la forma en que se tendrá que hacer en este momento, nuevamente. Todo en lo que nos vamos a concentrar es en llevar esto de regreso a Miami, y en esa situación las cosas pueden cambiar muy rápidamente», avisa.
(Fotografía de Megan Briggs/Getty Images)