Las restricciones del segundo apron han demostrado ser enormemente limitantes, hasta el punto de que las franquicias de la NBA parecen haber llegado a una conclusión: salvo que seas clarísimo candidato al anillo, hay que estar por debajo de ese límite. Un gran ejemplo es la desbandada que se está viviendo en los Celtics tras la lesión de Jayson Tatum, pero en todas las oficinas se trabaja ya con esa barrera en mente. Y Denver no es una excepción.
Josh Kroenke, presidente de los Nuggets, ha querido hacer hincapié en el peligro que tiene superar este límite, pero lo ha hecho poniendo un ejemplo bastante extraño: el potencial traspaso de Nikola Jokic.
«El año pasado se habló mucho sobre Kentavious Caldwell-Pope, su posible renovación y el segundo apron» comenzó. «Nunca se nos preguntó directamente por el tema, al menos a mí no, pero lo cierto es que hicimos un análisis profundo para ver cómo podíamos retenerlo y qué implicaba eso con las nuevas normas».
«Superar el segundo apron no es algo de lo que tengamos miedo como organización, pero hay una serie de normas con las que hay que ser muy cuidadoso, especialmente dado nuestro historial de lesiones. Si de repente sufrimos una lesión desafortunada podemos vernos rápidamente en un escenario que espero no tener que contemplar que es el de vernos obligados a traspasar al 15 (Jokic)».
«Es algo que tenemos en mente mientras seguimos tratando de crecer. ¿Es el segundo apron una restricción muy dura? No estoy seguro al 100%, pero obviamente es algo que los equipos van a tener muy en cuenta de ahora en adelante».
Si bien las declaraciones de Kroenke parecen bastante razonables, a muchos les ha chocado que mencionara siquiera la idea de tener que traspasar a Jokic, incluso aunque lo hiciera como un escenario no deseable. Su intención era obviamente advertir sobre los peligros del segundo apron, pero resulta extraño sacar el tema cuando nadie le había preguntado al respecto.
(Fotografía de portada: Ron Chenoy-Imagn Images)