La estrella de los Toronto Raptors quiere serlo más todavía. No tiene suficiente con haber superado los 20 puntos de media las dos últimas temporadas, jugarse las bolas calientes ni ser un fantástico penetrador (y matador); ahora quiere mejorar su asignatura pendiente: el triple.
DeMar DeRozan despliega la mayor parte de su juego en transición y atacando el aro, y cuando opta por los lanzamientos anclados y en suspensión, su efectividad se resiente de manera drástica. Esto le ocurre incluso desde las distancias medias. El 56,6 por ciento de sus disparos la última temporada los ha realizado entre los 3-7 metros y con un acierto inferior al 38%.
Menos se prodiga desde más allá del perímetro, y con razón. Únicamente el 8,9 por ciento provienen desde esa lejanía, y su rango de conversión es alarmante para un jugador de su nivel; 28,9% (si bien tras el parón del All-Star su tino subió hasta el 34%).
Por eso, DeRozan, de gen inconformista, pretende, y ya lo está haciendo, borrar ese lunar de su perfil y convertir un handicap en otra arma de su amplio arsenal.
Palabra de Korver
DeMarre Carroll, recién firmado por los Raptors, viene de jugar con los Atlanta Hawks. Eso significa haber compartido vestuario con el mejor francotirador de la liga desde 7,25.
«Kyle Korver me dijo que los lanzamientos de tres sólo son más repetición. Mientras más lanzas, mejor te vuelves. Siento que DeMar (DeRozan) seguirá trabajando en ello, y al final eso es lo que ocurrirá», explicaba Carroll al medio Toronto Sun. «Estoy convencido de que él ha trabajado en muchas otras cosas de su juego y ya es un jugador ofensivamente dominante. Si añade el lanzamiento de tres a su repertorio, eso nos llevará a la cima».
