Tras siete años y medio formando parte de Utah Jazz, Derrick Favors se dirige al 1 de julio como agente libre sin restricciones; es decir, tiene total libertad para decidir su futuro.
Con ese panorama tan ventajoso, se podría pensar en que se vería tentado por cambiar de aires y optar al contrato más lucrativo posible. La ecuación es acertada a medias. Sí, quiere firmar un acuerdo económico a la altura de sus expectativas, pero desea hacerlo en Salt Lake City.
Quizás eclipsado por la imaginación de Ricky Rubio, la potencia de Rudy Gobert o la eclosión de Donovan Mitchell, su aportación a una enorme campaña de los Jazz no ha pasado del segundo plano, pero no por ello se puede obviar su peso en los éxitos del equipo. Y es que hablamos de un chico formado en Georgia Tech, que el curso pasado promedió 12,3 puntos y 7,2 rebotes en 28 minutos, y que ahora apuesta por repetir muchas noches como esas en Utah.
«La comunicación entre ambas partes ha sido buena. Estoy bastante seguro de que mi agente y yo tendremos una reunión y resolveremos algunas cosas. Sé que me quieren de vuelta y yo quiero regresar. Pero se trata de un negocio y de números, así que tendremos que ver qué pasa», explica a The Salt Lake Tribune.
Margen salarial
Utah, un equipo poco dado a grandes revoluciones, tiene el margen salarial suficiente para acometer la continuidad de Favors, ya que solo tiene garantizados 75 millones de dólares para el curso 2018-19. Con esos datos, la pregunta no es si pueden retenerlo, sino si quieren. Estamos ante un jugador con una defensa sólida y que en ataque, sin grandes alardes, aporta sus puntos. ¿Conseguiría Utah un mejor jugador en la agencia libre? Estamos a unos días de saberlo.