Derrick Rose vuelve a Chicago al grito de “MVP, MVP”

Rose regresa a la Ciudad del Viento y guía a los T-Wolves hacia un fácil triunfo

El hijo pródigo volvía a casa. El MVP más joven de la historia de la NBA regresaba al lugar donde fue feliz, donde dio su mejor baloncesto antes de que el maldito infortunio de las lesiones se cruzara por su camino y marcara su carrera para siempre.

Derrick Martell Rose, nativo de Chicago, volvía anoche a la Ciudad del Viento, al United Center que en 2011 fue el hogar donde se coronó MVP de la NBA. Ha pasado tiempo, pero lo bueno, los posos que dejas en la vida, no se olvidan. No al menos en Chicago.

Rose ahora tiene 30 años y después demasiados infortunios, después de salir de Chicago rumbo a New York para acabar mal allí y peor en Cleveland, ha encontrado en Minnesota el sitio en el que los viejos laureles del MVP vuelven a asomarse. Anoche, dos cursos y medio después de abandonar los Bulls, Rose regresaba con los Timberwolves a casa. Ganaron los de Minneapolis (94-119). Estos Bulls están muy lejos de parecerse a aquellos de principio de década, a aquellos de 62-20 y Finales del Este.

“MVP, MVP”

Lo que no cambia es el sentir de la gente. Rose siempre será el MVP para los aficionados de los Bulls, que sintieron que bajo su batuta, en esos días primaverales de 2011, los tiempos gloriosos de Michael Jordan podrían regresar. Rose fue el responsable de toda esa esperanza, el cuento perfecto de chico de la ciudad que eleva al equipo de su tierra hasta la cumbre.
Así que en agradecimiento a una época que jamás volverá, no al menos así, y ahora con los Bulls sumidos en la mediocridad total, la gente anoche se acordó de que hubo un tiempo en que las cosas funcionaron. Y le quisieron dar las gracias a Rose cantándole lo que fue y lo que, para ellos, siempre será: “MVP, MVP”. Él sonreía. Los círculos a veces se cierran.


Cómodo triunfo visitante

No hubo mucha historia en el desarrollo del duelo en sí. Minnesota supo hacer valer su superioridad (94-119) y comandados por el propio Rose, 24 puntos y 8 asistencias, y por Karl-Anthony Towns, 20 puntos y 20 rebotes, los de Minneapolis no sufrieron apuros para cosechar un triunfo como visitante, algo en lo que no se han prodigado demasiado, ya que en lo que llevamos de 2018-19 su balance a domicilio es de 4-13 y un global de 16-18. Pero claro, tenían delante a los Bulls, 9-26 de récord y 5-13 como locales. Así se explica mejor todo y así se entiende que ante la falta de atractivos en sus filas, la gente de Chicago volviera la vista atrás y recordara los días de vino y rosas. Rose siempre será su MVP.

(Fotografía de portada: Jonathan Daniel/Getty Images)


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