Derrick Williams busca una nueva oportunidad en los Sacramento Kings

Derrick Williams llegó a la NBA como número 2 del Draft 2011. Su prometedora carrera se estancó en el momento que aterrizó en los Minnesota Timberwolves. No era una alero, tampoco un ala-pívot y nunca se adaptó al equipo y al sistema que pedía su entrenador Rick Adelman. Tras 16 partidos de temporada regular y con apenas 14 minutos de media, el jugador ha sido traspasado recientemente a los Sacramento Kings a cambio de Luc Mbah a Moute.

Sin oportunidades en los T-Wolves, Williams busca comenzar desde cero en la franquicia de California. Atrapado detrás de Kevin Love y jugando los minutos de la basura, quiere cumplir la promesa que una vez se hizo, tener un hueco en la NBA.

«Hubo momentos en los que yo pensaba: Esta noche no voy a jugar ni un minuto», dijo Williams a Associated Press. «Y Kevin Love hará 25 (puntos) y 12 (rebotes). A veces tienes que luchar a brazo partido y darte cuenta de eso», admitió.

«Esa es la razón por la que nunca me habrás escuchado hablar nada malo o faltar el respeto en el vestuario. A veces tienes que luchar contra eso y admitir que la otra persona es mejor que tú y puedes aprender de él», relató Williams.

El jugador formado en Arizona ya ha entrenado con los Sacramento Kings. Ya ha tenido tiempo de hablar con su entrenador Mike Malone y sobre su papel en la pista en una franquicia que está en plena reconstrucción. La dirección deportiva ya le ha asegurado que tendrá oportunidades para demostrar lo que tiene dentro como jugador.

«Yo no creo que vaya a estar jugando durante 30-35 minutos, pero sí sé que si cometo un fallo, no me van a sacar de la pista», explicó. «Si cometo un error, quieren que lo recupere con una acción en defensa. Lo compensaré con un tapón o con un robo. Pequeñas cosas como eso. Creo que eso ayuda a la confianza de cualquier jugador joven», agregó.

Williams cree que su estilo de juego era incompatible con el de Adelman y que, mientras esperaba en el fondo del banquillo una oportunidad, la exigencia de conseguir la clasificación para los Playoffs nunca le permitieron demostrar su valía para el equipo.

«Creo que mi estilo de juego y el del entrenador nunca coincidieron. Y las veces que traté de demostrar lo que podía hacer, hacía parecer que acaparaba mucho el balón», admitió. «Y algunas veces era la quinta opción en ataque y nunca lo había sido antes. Era un poco difícil tratar de hacer jugadas», concluyó el jugador.


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