Los Pistons se están acercando a un peligroso desfiladero. Tras perder cinco de sus últimos seis partidos jugados incluyendo uno contra Brooklyn, el peor equipo de la NBA, Detroit ha caído a la décima plaza de la Conferencia Este con un balance de 34 victorias y 38 derrotas y y ve peligrar poder acceder a los playoffs.
Así las cosas, Stan Van Gundy no ha dudado ni un segundo en cargar con toda la responsabilidad y a la vez exigir mucho más a sus jugadores. “El mensaje que les he dado es, ‘Mirad, nos quedan 10 partidos y si no cambiamos nuestro modo de juego esto se va a poner muy, muy feo’”.
“No hemos defendido nada en ningún momento de la segunda mitad”, dijo Van Gundy al respecto del partido que su equipo perdió en Chicago. «Tampoco hemos defendido mucho en la primera mitad. Sencillamente decepcionante».
Para Van Gundy el problema no es puntual o posicional, sino endémico en el equipo. «No se trata de una posición. Simplemente es que no jugamos. No lo hacemos. Estamos haciéndolo mal en todo», señaló en declaraciones que recogieron Associated Press y ESPN. «Está siendo la racha más frustrante que hemos tenido en los tres años que llevo aquí».
Detroit fue ampliamente superado por los Bulls, quienes batieron su récord de la temporada con 36 asistencias y anotaron 14 tantos más en la zona que los Pistons pese a no contar con sus dos principales pívots, Robin Lopez y Cris Felicio.
Cargando con la responsabilidad
Van Gundy expuso que no sabía si su trabajo estaba siendo lo suficientemente bueno o adecuado como para mejorar el rendimiento del equipo con una carga de sinceridad que no suele ser tan habitual en el mundo deportivo. «No sé lo que está llegando del mensaje. Claramente no estamos jugando bien. Es el mensaje que no está calando o que no es un mensaje lo suficientemente bueno o que la forma de transmitirlo no es lo suficientemente buena», dijo un apesadumbrado Van Gundy.
«Es bastante claro que en estos seis partidos no estoy encontrando las respuestas y no estoy haciendo un buen trabajo. Esto empieza conmigo. Soy la persona a cargo. He elegido a todos los integrantes del vestuario. Soy el que los quería aquí. Soy quien decido quién juega. Hago las alineaciones. Decido cómo se defiende. Dicto las jugadas. Todo depende mí y no rehuyo de ello», concluyó.