Tenían que ganar sí o sí. Y así lo hicieron, pero no sin bastante sufrimiento.
Los Pistons arrancaron, en el sentido más literal de la palabra, un triunfo por 104-108 en su visita a Orlando, con un final en el que no hubo momentos para relajarse.
Reggie Jackson, Tobias Harris y Kentavious Caldwell-Pope asumieron la responsabilidad del equipo cuando más falta hacía, y sobre todo ante un rival que había ganado cuatro de los últimos cinco partidos.
Octava plaza, aún en vilo
A los Pistons les queda poco para cerrar su participación en Playoffs, pero aún no han de perder de vista a los Bulls, a tres partidos de los de la Motown, quienes acabarán la temporada ante Washington, Miami y Cleveland.
“Después del partido ante Chicago recibimos un montón de elogios hacia nuestros chicos, y luego en el siguiente fue como si nos hubiéramos presentado. Así que solamente diré que ha sido una buena victoria. No voy a pasar de nuevo por eso de alabar a la gente”, dijo Stan Van Gundy, intentando centrar a los suyos para evitar distracciones.
Jackson acabaría con 24 puntos, mientras que Cadwell-Pope tendría 18 tantos. Andre Drummond aportó su doble-doble habitual gracias a sus 13 puntos y 16 rebotes.
“Fue una gran victoria. Cualquier triunfo ahora para nosotros es una gran victoria, aunque hoy no fuera la más bonita”, añadió Harris.
Frustración local
“Sí, hoy ha sido realmente frustrante. Pero es verdad que no hemos jugado mal durante toda la noche. Detroit es un equipo que está luchando para jugar en los Playoffs”, recalcó Evan Fournier, consciente de que se les escapó el partido en esas jugadas finales.
El francés terminó con 19 puntos, por los 16 de Victor Oladipo. Elfryd Payton agregraría otros 17 tantos.