No tiene pinta de que los Suns se vayan a llevar muchas alegrías este curso, pero las que vengan, seguramente tengan la factura de Devin Booker. El líder de Phoenix fue el responsable de la segunda victoria del curso para los de Arizona, en un duelo trepidante contra los Grizzlies, resuelto prácticamente sobre la bocina (102-100).
Booker, decide
Un mate de Dillon Brooks colocaba la máxima ventaja de la noche para Memphis cuando faltan poco más de 8 minutos para la conclusión (77-89). Esos 12 puntos quizá eran un renta insalvable para unos Suns que solo llevaban una victoria en esta 2018-19 frente a unos buenos Grizzlies cuyo balance 5-2 hacía creer que estaba todo firmado ya para sentencia.
Hasta que asomó Devin Booker para darle el triunfo a Phoenix, que se coloca con un balance de 2-7 y deja a los Cavaliers como única escuadra de toda la NBA que solamente ha ganado un encuentro. Booker disputó todo el último cuarto con 5 faltas personales e incluso así, no tuvo reparos para liderar a los suyos. Acabó con 25 puntos, 14 de ellos en este parcial, para una remontada meteórica en la recta final del choque.
Devin Booker is cold-blooded! CLUTCH!
(via @NBA) pic.twitter.com/KcieXRxHrz
— Yahoo Sports NBA (@YahooSportsNBA) 5 de noviembre de 2018
Coronada con un tiro ganador
Con dos posesiones por celebrarse, como mínimo, y 100-98 en el marcador para Phoenix, Mike Conley agarró la batuta de Memphis y en una buena y rápida acción empató la contienda a 100 puntos. Phoenix disponía de 25 segundos para evitar que el choque se fuera al tiempo extra y Devin Booker se encargó de la labor. Así, pidió la pelota y decidió que iba a agotar el tiempo de posesión para dejar el menor margen posible a su rival. Defendido por Garrett Temple, pidió a sus compañeros que se abrieran, que le dejaran espacio, y esperó y esperó hasta que el reloj de posesión, y del partido, se consumiera. Cuando tocó, se fue hacia canasta, sobrepasó la línea de tres, se frenó y anotó según sonaba la bocina de fin de posesión. A Memphis le quedó la baza de un tiro último, con un segundo largo por consumirse, pero Mike Conley esta vez no acertó.