Discreto regreso de Hayward e Irving a la competición oficial

El día que todo aficionado de los Celtics estaba esperando llegó por fin. 364 días después, Gordon Hayward y Kyrie Irving volvieron a coincidir sobre el parqué en un partido oficial, haciendo efectivos dos de los regresos más esperados de toda la Liga. Si bien ya habían tenido minutos en pretemporada, la sensación de verlos empezar y terminar un partido de NBA supone un alivio que muchos llevaban demasiado tiempo sin sentir.

El base nacido en Australia no disputaba un encuentro oficial desde su lesión el pasado 11 de marzo ante los Pacers, pero su caso no es nada comparado con el de de Hayward. Obviando los 5 minutos que disputó antes de su fatídica lesión en el primer partido del curso pasado, el alero no jugaba un partido de NBA desde el 8 de mayo de 2017, todavía como jugador de los Utah Jazz. 526 días. Casi nada.

No fue ni mucho menos un gran partido de ninguno de los dos, pero no era eso lo que Boston necesitaba de ellos. Con Tatum y Horford asumiendo el liderazgo en la pista, el objetivo de Kyrie y Gordon no fue otro que el de ir recuperando sensaciones y adaptarse al mecanismo de relojería que ha creado Brad Stevens. El momento de las grandes actuaciones llegará más adelante.

Irving y la muñeca fría

El partido de Kyrie Irving estuvo marcado por su desacierto en los lanzamientos. En el apartado físico, el base dio muestras de estar plenamente recuperado, pero a nivel de puntería su actuación dejó bastante que desear, pues finalizó el encuentro con un 2/14 en tiros de campo. De hecho, sus primeros puntos no llegaron hasta el tercer cuarto y lo hicieron desde el tiro libre.

Aun así, parece que su pobre desempeño no será más que un tropezón puntual, pues en el resto de aspectos del juego el ex de los Cavaliers estuvo cuanto menos correcto. Capturó 4 rebotes y repartió 7 asistencias, cumplió en defensa con excepción de alguna laguna puntual, e incluso hizo gala de su repertorio de crossovers para volver locos a sus defensores en el uno contra uno. No obstante, esta vez no pudo rematarlos con una canasta.

Como dato, Irving firmó un total de 7 puntos, exactamente los mismos que logró el día de su lesión. Además, no sumaba una cifra de anotación tan baja en un partido en el que disputase más de 20 minutos (anoche jugó 29) desde el 4 de enero de 2015. Aquel día, aún como jugador de Cleveland, anotó 6 puntos en 25 minutos ante los Dallas Mavericks.

Partidos a modo de rehabilitación

Hayward, por su parte, sí mostró más dificultades para entrar en ritmo de competición. Cada vez que intentaba atacar a su rival o buscar la penetración hacia canasta se le notaba algo lento o falto de explosividad, lo que redujo notablemente sus opciones de generar situaciones de ventaja en ataque, pero es algo que no debería extrañar a nadie. Recuerden: 526 días.

Sus minutos, por tanto, no deben servir para otra cosa que para volver a acostumbrar a su cuerpo a las exigencias de la élite. Aún así, en algunas acciones se vieron detalles de aquel Gordon Hayward que fue All Star en 2017, y a base de tiros de media distancia y un triple en transición logró alcanzar la decena de puntos, a los que añadió 4 robos de balón. Si, incluso lejos de su mejor versión, puede no desentonar ante un rival directo, habrá que esperar grandes cosas a medida que vaya cogiendo el tono.


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