En una temporada que se ha convertido en un homenaje en activo a Kobe Bryant, se hace inevitable recordar cada uno de los pasos de la estrella de los Lakers desde que iniciase su carrera en 1996; sin embargo, de lo que se habla menos es de que esa historia pudo no escribirse nunca, algo que quedó en manos de Vlade Divac.
Estando de vacaciones en Europa, Divac, tras siete años en la franquicia angelina, recibió una llamada de su agente anunciándole el traspaso que pretendían hacer los Lakers. La reacción del pívot, que nunca se había visto en tal tesitura, fue la de comunicar al equipo que iba a retirarse, lo que habría impedido la llegada de Bryant.
«Sentí como si alguien me golpease por la espalda con un martillo. Era la primera vez que sucedía algo en mi carrera que no había planeado. Estaba devastado y pensaba: ‘juego al baloncesto por diversión’. Cuando traje mi primer cheque a casa mi padre me dijo: ‘¿Quién te dio esto? ¿Están locos? ¿No saben que jugarías aunque no te pagasen?», explica en declaraciones recogidas por Yahoo! Sports antes de asegurar que estaba decidido a no ir a los Hornets.
«No quería jugar al baloncesto por tener que jugar. Quería hacerlo por diversión. Tenía 28 años. No quería ir un lugar donde verme obligado a jugar. Le dije a mi agente que no iba a ir a Charlotte. Me encantaba Los Angeles. Era el paraíso del baloncesto estando con Magic y otros chicos».
West le convenció
Ante esa disyuntiva, fue el propio Jerry West, por entonces general manager de los Lakers, quien mantuvo una reunión con Divac para convencerle de que era lo mejor para ambas partes. Finalmente el pívot aceptó, Bryant y Shaquille O’Neal llegaron y el resto de la historia es de sobra conocida.