Doc Rivers, ante su año «más desafiante»

Los Angeles Clippers son es estos momentos novenos de la Conferencia Oeste con un récord de 23-23. Visto así puede parecer una temporada mediocre en comparación con lo hecho en el último lustro, cuando ser holgadamente equipo de playoffs era costumbre. Pero los datos no son fieles al trabajo que están realizando en California.

Todo empezó a complicarse en verano. Chris Paul salía traspasado a Houston y los Clippers perdían a uno de sus dos jugadores franquicia. Lógicamente sufrirían el golpe, pero reaccionaron bien y armaron una buena plantilla en torno a Blake Griffin. Llegaron Danilo Gallinari, Milos Teodosic, Patrick Beverley y Lou Williams. Con ellos comenzaron la temporada de manera inmejorable ganando los cuatro primeros partidos. Poco duró la alegría.

Graves lesiones como la de Beverley, quien es baja para toda la temporada, y otras no menos relevantes como las de Danilo Gallinari (ha jugado solo 11 partidos) o Blake Griffin (16 noches fuera), fueron poniendo trampas en el camino de unos Clippers que en noviembre perderían hasta nueve partidos consecutivos.

Eran días duros para Doc Rivers. Elegido hace años como el técnico que debía conducirles a la gloria, ahora veía como los aficionados clamaban por una reconstrucción a la vez que los rumores –cada vez más incesantes–, apuntaban a que su puesto corría peligro. Ante ello Doc aseguró que no estaba preocupado, quizás confiando en lo que solo él puede ver en el vestuario.

Sea como fuere, los de California han salido de tal agujero de manera brillante. Sin bajar los brazos en el momento más oscuro de la campaña, los Clippers han ganado 10 de los últimos 14 partidos y ya hay quien coloca a Doc en la carrera por entrenador del año. Puede que sea exagerado, pero el técnico no duda en admitir que esta temporada está siendo un enorme reto.

«Sin duda es una de mis mejores campañas en lo que se refiere a desafíos. Llega un momento que no sabes quién está jugando, quién vuelve ni cuándo; ni siquiera sin van a tener ritmo para jugar. Así que este ha sido, con mucha diferencia, el año más desafiante», comenta a Sporting News.

Adaptabilidad

A lo largo de su carrera Rivers no se ha caracterizado por dar demasiados minutos a los chicos jóvenes, pero la necesidad no entiende de filosofías. Con una plaga de lesiones que ha hecho coincidir a Griffin, Gallinari, Beverley y Teodosic vestidos de calle, se ha visto obligado a utilizar hasta 21 quintetos diferentes –más que ningún otro equipo en la NBA–. Esos constantes cambios han hecho que deba utilizar con asiduidad a jugados con contratos de dos vías, como son los casos de C.J. Williams y Tyrone Wallace; así como al novato Sindarius Thornwell, quien ha jugado 44 partidos con 7 titularidades. «Tuvimos que hacer muchos cambios. No pudimos entrenarlos como nos gustaría tanto ofensiva como defensivamente, pero eso les hace aún mejores por la dureza que han mostrado en todo momento», comenta orgulloso de sus jugadores.


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