Doc Rivers ha sufrido el desgaste de los Clippers. Elegido en 2013 como el entrenador que debía llevar al hermano pobre de Los Ángeles a la gloria, el paso de las temporadas sin lograr el objetivo empezó a hacer mella en su entusiasmo por entrenar. No se trataba solo de no ganar, sino de que el vestuario, con varios egos que llevaban la voz cantante, empezó a ser a su juicio difícil de llevar.
Esa era su sensación y la de alguna estrella, aunque esta lo veía en dirección contraria. Hablamos de Chris Paul, quien poco antes de cerrar su traspaso a Houston Rockets habría asegurado al propietario del equipo que una de las razones para querer irse era justo Doc Rivers. Sin señalar culpables, la realidad es que la situación, escuchando ahora al entrenador de los angelinos, parecía insostenible.
«Estuve distanciado el año pasado. No quería estar aquí con estos muchachos. Quería entrenar, pero este equipo era difícil de entrenar. De todos modos, soy distante e introvertido, y este era un grupo complicado porque no se gustaban entre ellos. Tienes que querer resolver esos problemas, y nosotros perdimos la capacidad de querer hacerlo», explica a Kevin Arnovitz de ESPN.
Momento del cambio
Con las marchas primero de CP3 y después de Blake Griffin, muchos daban la temporada de los Clippers como vista para sentencia. No fue así. Pese a las numerosas lesiones y haber dicho adiós a sus principales estrellas, fueron capaces de mantenerse en la pelea por entrar en playoffs casi hasta el último día. Es ese espíritu de lucha y sacrificio el que ha despertado en Rivers la chispa por entrenar.
«El grupo de esta temporada ha sido un soplo de aire fresco. Ha sido un grupo que siempre ha seguido adelante. Ellos te permiten entrenarlos. Son enormemente competitivos. Tenemos un grupo de muchachos que simplemente quieren competir. Tenemos una fórmula: nuestro ritmo, nuestros ataques… No somos lo suficientemente buenos para ganar sin seguir el plan. […]. Me encanta entrenar. E incluso sufriendo las lesiones de esta temporada, se ha vuelto a encender mi luz de muchas maneras», concluye.