Los Dallas Mavericks se han colocado a un solo triunfo de volver a las Finales del Oeste. Tras la dura derrota del Game 4, los texanos se han recuperado y han vuelto a ganar en el Paycom Center, esta vez por 92-104, para retomar la delantera en la serie, ganándose así la oportunidad de sellar el pase a la siguiente ronda en casa. Y, quizás lo más importante de cara a futuro, lo han hecho recuperando una gran versión de Luka Doncic.
No es ningún secreto que Doncic no está bien físicamente. Se le nota casi a cada paso que da. Pero en los últimos partidos daba la sensación de ni siquiera estar bien a nivel mental. Se le veía obsesionado con Dort y con los árbitros, con sacar faltas, con forzar determinadas situaciones que no le estaban dando resultado. Y eso hoy se acabó. Hoy volvió el Luka realmente peligroso. Y los Thunder lo pagaron.
31 puntos, 11 asistencias y 10 rebotes son números de un martes cualquiera para él, pero no le estaba siendo tan fácil llegar a ellos en esta postemporada. Y sobre todo, no estaba siendo capaz de hacerlo con la sensación de control que transmitió en esta ocasión. El encuentro pareció jugarse casi siempre a lo que Dallas quería y cada intento de reacción de los Thunder, que fueron por detrás desde el minuto 4 hasta el final, encontraba respuesta visitante, haciendo de este un choque que, a diferencia del cuarto, sí pareció en control de los de Kidd.
Al esloveno le ayudó para ello volver a encontrar su tiro de tres, que ha sido muy inconsistente en estos playoffs pero que esta vez fue bastante eficaz gracias a no empecinarse con step backs que no entran y dejar que los lanzamientos llegasen a él de forma más natural. También le ayudó su trabajo en el cuidado el balón, pasando de las 7 pérdidas del Game 4 a las 3 de esta madrugada. Y, por supuesto, le ayudó volver a contar con compañeros capaces de dar un paso adelante cuando la situación lo requiere.
Jones y Washington se hacen grandes
P.J. Washington ha sido por ahora el secundario estelar de la serie, lo cual hizo saltar ligeramente las alarmas en Dallas cuando tuvo que poner rumbo al banquillo con dos faltas tempranas, pero esto estuvo lejos de ser un problema. Derrick Jones Jr., habitualmente más centrado en labores puramente defensivas, tomó el relevo en una primera parte magistral en la que llegaron 15 de sus 19 tantos y en la que firmó un 3/3 en triples, castigando los espacios cedidos por la defensa de los Thunder. Y cuando su acierto desapareció, P.J. recuperó el suyo, anotando un triple fundamental en el último cuarto y siguiendo con un mate que frenó el intento de remontada local.
No estuvo tan bien rodeado Shai Gilgeous-Alexander, que como en el Game 4 mantuvo a los suyos con vida con su juego de media distancia pero que esta vez no encontró apoyos que le ayudaran a darle la vuelta a la situación en el tramo final. El canadiense lideró con 30 puntos a unos Thunder que, con un 10/40 en triples, pagaron su desacierto, provocado en ocasiones por las buenas rotaciones defensivas de Dallas pero en otras por su simple incapacidad para anotar tiros liberados. Algo que esta vez tampoco pudieron corregir a la hora de la verdad.
Así, los Mavs lograron establecer una ventaja de unos 10 tantos durante casi todo el choque que nunca estuvo en verdadero peligro y que pareció hacerse definitiva cuando un triple de Doncic llevó el 71-89. Ahí, sin embargo, floreció el instinto de supervivencia de los de Daigneault, que se sacaron de la manga un parcial de 12-1 que les hizo soñar con la remontada, pero la cosa no pasó a mayores. La defensa de Dallas hizo su trabajo y un tapón de Luka a Shai terminó de apagar el arreón y sellar un triunfo muy importante, que los de Kidd tratarán de hacer valer el sábado cuando la serie vuelva a su pabellón.
(Fotografía de portada: Joshua Gateley/Getty Images)