«Desde mi punto de vista soy uno de los 10, 15 mejores jugadores del mundo», dice Donovan Mitchell en su última aparición pública en el podcast de Carmelo Anthony. El escolta viene de hacer la que seguramente hubiese sido su segunda temporada consecutiva en los quintetos All-NBA (las lesiones le frenaron) y de unos playoffs de nuevo monstruosos. Especialmente en la segunda mitad de las series ante Indiana Pacers. Sin embargo, la frase que abre el texto puede ser vista como una osadía por la percepción general a su alrededor.
Mitchell lleva regalando grandes actuaciones en postemporada desde su año rookie. Es uno de esos jugadores que multiplican sus prestaciones cuando llega abril, a pesar de encadenar dos temporadas magníficas como líder de los Cavs. Ahora bien, su fama de solista, haber pertenecido a mercados pequeños y el hecho de no haber alcanzado aún unas finales de conferencia, pesan a la hora de calibrar su figura. Y él lo asume.
«No me puedo quedar sentado lamentando»
«Soy uno de los 10, 15 mejores jugadores del mundo. Pero no he llegado a unas finales de conferencia. Así que, para conseguir dar ese salto [en el consenso general] no puedo sentarme aquí y cabrearme. Puedo hacer eso y utilizarlo como motivación, pero no puedo cabrearme con la lista [de ESPN]. Es una lista basada en la popularidad y esté bien, mal o regular, es lo que es», sentencia.
El curso pasado los Cavaliers lograron meterse en playoffs con factor cancha. Pero eso no les sirve para estar considerados entre los favoritos para asaltar un Este gobernado por los Boston Celtics. Ellos, los Knicks, los Sixers, los Bucks e incluso Magic o Pacers parten por encima en las proyecciones. Lo mismo le sucede a Mitchell, aunque luego en la conferencia Este haya pocos jugadores de su impacto.
(Fotografía de portada de Michael Reaves/Getty Images)