Aún resulta raro ver a Golden State sin Klay y a Thompson sin la camiseta de los Warriors. Era evidente que su ausencia iba a ser el punto focal, o al menos uno de ellos, de la pretemporada de los de San Francisco. Trece temporadas dan para forjar vínculos irrompibles. Y eso precisamente es lo que se esfuerzan en dejar claro Steve Kerr, Stephen Curry y Draymond Green. Sus compañeros más longevos de viaje en la Bahía. «Ha sido un divorcio feliz», declara el interior sobre cómo serán las cosas de ahora en adelante con Thompson.
«Muchos divorcios se ponen feos. Pero este no ha sido el caso. Ni siquiera lo llamaría divorcio, solo es el siguiente episodio de nuestras vidas», continúa. Con todo y con ello, todavía quedan pruebas como volver al Chase Center y no escuchar el nombre de Klay por megafonía o, peor aún, verse las caras con uniformes distintos. Curry prefiere no quitarle tanto hierro como su compañero. «Desarrollas esa química con los años y las batallas. Sentíamos que si estábamos sanos podíamos ganar a cualquiera. Es muy difícil mantener un trío así. Lo queríamos mantener para siempre.
El reencuentro no se hará esperar demasiado, ya que el 13 de noviembre Mavericks y Warriors se ven las caras en partido de Copa NBA. Será en San Francis y solo queda esperar un homenaje a la altura de la leyenda que es Klay Thompson en Golden State.
(Fotografía de portada de Lachlan Cunningham/Getty Images)