Durant, dolido con Oklahoma: «No confío en nadie allí»

El alero se sincera en una entrevista con Wall Street Journal en la que asegura sentirse muy molesto por la reacción de aficionados y organización tras su marcha a Golden State

Kevin Durant mira al pasado con un mal sabor de boca. En 2016 dejó Oklahoma City Thunder, único equipo de la NBA que había conocido por entonces en sus nueve años como profesional, para unirse a Golden State Warriors en busca del anillo. Lo consiguió por partida doble. Sin embargo, ni ese enorme éxito adornado por dos MVP de las Finales ha logrado edulcorar un presente que sigue teñido por su turbulenta salida de OKC. Porque no fue un adiós al uso, sino uno que supuso el punto de partida para una ‘persecución’ a un jugador al que colgaron el cartel de traidor donde había sido ídolo. Esa situación, sumada al hecho de que desde la organización también le dieron la espalda, ha provocado un distanciamiento insalvable con la que en su día fue su casa.

Lejos, muy lejos, queda aquel día del mes de junio de 2007 en el que fue elegido como número dos del Draft de por los entonces Seattle Supersonics; fecha en la que inició una carrera con los que serían un año después Oklahoma City Thunder. Durante su estancia, ocho temporadas en OKC llevando al equipo a las Finales de 2011 que perderían contra Miami Heat, fue fraguando amistades con la franquicia y en la comunidad. La vinculación con la ciudad era fuerte, pero no tanto como para evitar que desapareciese desde que eligió marcharse a los Warriors. Lo que vino después es para Durant una grieta infranqueable entré él y Oklahoma.

«La gente venía a mi casa y hacía pintadas con aerosol en los carteles de venta. Había personas haciendo vídeos frente a mi casa y quemando mis camisetas mientras me llamaban todo tipo de cosas». Esa mala sensación se trasladó a su regreso a la cancha de Oklahoma con la camiseta de los Warriors. Así define lo que vivió aquella noche. «Fue una sensación tóxica y venenosa la que sentí al entrar en esa pista. La organización, los entrenadores, los ejecutivos… ¿están enfadados conmigo? ¿No me hablan? Pensé: ‘¿Es así como va a ser esto? ¿Solo porque me fui a jugar a otro equipo?'».

Tan dolido está Durant con el pasado que descarta volver en algún momento a los Thunder, algo que por otra parte se había planteado hacer. «Nunca volverá a vincularme a esa ciudad por esto. Por mi cabeza pasaba regresar a esa ciudad y ser parte de esa comunidad y organización, pero no confío en nadie allí. Esa mierda debe haber sido falsa, lo que estaban haciendo. La organización, el general manager… No he hablado con ninguna de esas personas desde que me fui», sentencia.

Nunca se sintió integrado en Golden State

Mirando a sus últimos años en la NBA, los cuales ha pasado con Golden State Warriors, Durant deja de lado el hecho de haberse proclamado campeón en dos ocasiones para analizar el que era su papel dentro del grupo. Aunque era casi un secreto a voces, KD confiesa que siempre se sintió al margen del resto de estrellas, ya que los demás tenían una vinculación con la franquicia que le hacía quedarse fuera del círculo.

«Llegué queriendo ser parte del grupo, de la familia, pero nunca seré uno de ellos. No me eligieron en el Draft allí. Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green sí lo fueron. Andre Iguodala ganó las primeras Finales… El resto de jugadores rehabilitaron sus carreras allí. ¿Y yo? Mierda, ¿cómo me iban a rehabilitar? ¿Qué me iban a enseñar? ¿Cómo iban a variar mi baloncesto? Yo ya había sido MVP y máximo anotador de la competición».

Cansado del circo NBA

Con tanta polémica a su alrededor, Kevin se muestra un poco agotado de todo lo que rodea a la NBA. La ansiedad de los aficionados, la especulación en algunos casos de los medios, el negocio en sí de la NBA… A sus 30 años confiesa que a veces no soporta ese mundo. «Algunos días odio el circo de la NBA. Odio que los jugadores dejen que el negocio de la Liga y la fama que viene con el mismo altere su mentalidad respecto al juego. A veces no me gusta estar cerca de los ejecutivos y los políticos que acompañan a esto. Odio eso». Y agrega: «Hablamos muchos sobre salud mental, pero solo cuando se trata de jugadores. Necesitamos hablarlo cuando también involucra a ejecutivos, medios y aficionados». Durant necesita resetear, ¿podrá hacerlo en Brooklyn?

(Fotografía de Ezra Shaw/Getty Images)


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