Ha pasado una semana desde que se conoció que Kevin Durant renovaría con los Warriors, algo que sorpendía no por el hecho en sí, sino porque ganaría aún menos dinero que en la temporada 2016-17. Ese gesto, el cual lleva adjunto un deseo por seguir ganando que supera la codicia por el verde, fue entendido desde el primer momento como algo pactado con los Warriors; sin embargo, el general manager del equipo, Bob Myers, señala que se trata de una decisión propia del jugador, la cual ha posibilitado que los campeones mantengan el núcleo duro de su plantilla.
«Ese gesto de tomar una porción más pequeña nos dio la capacidad necesaria para ser agresivos para lograr la continuidad de Andre (Iguodala) y Shaun (Livingston). Puedo decir sin riesgo a equivocarme que sin ello no estaríamos ahora ante esta plantilla. Lo que hizo Kevin muestra quién es», explica en declaraciones a los medios.
La realidad, más allá de halagos, es que KD ha aceptado jugar por 25 millones de dólares cuando podría haber firmado un máximo que se situase en 36. Con esos 11 millones de margen, los de Oakland han podido mantener en su plantilla a piezas tan importantes como Iguodala (3 años y 48 millones) y Livingston (3 años y 24 millones), y sumar a otras como Omri Casspi (2,1 millones) o Nick Young (5,2 millones).
Para entender aún mejor el favor que ha hecho el actual MVP de las Finales al equipo hay que mirar el gasto total en salarios. A día de hoy, y con 13 jugadores bajo contrato garantizado, la cuenta alcanza los 135,4 millones de dólares; es decir, sobrepasan en 16 los 119 que marcan la línea desde la que se debe pagar impuesto de lujo. Entendiendo que si te pasas entre 15 y 20 millones debes pagar 3,25 dólares por cada dólar que lo supere, estaríamos hablando de unos 54 millones de dólares en impuesto de lujo. Si sumásemos los 11 de un contrato máximo de Durant, la cuenta sería insostenible y hubiesen tenido que firmar jugadores de menor caché.
«Lo hizo por voluntad propia, lo cual lo hace más impactante e impresionante. Es un jugador de máximo en todos los años de su carrera. Si no lo hubiese hecho, tendríamos que haber realizado otros sacrificios en el roster. Este es un ejemplo de cómo la gente disfruta viendo a nuestro equipo, jugamos con abnegación», explica Myers.
Preparados para lo que viene
Myers sabe que seguir ganando no es tan sencillo como se puede pensar. Por ello, observando el trabajo de otras franquicias para competir con ellos, da aún más valor a mantener el bloque unido. «Por eso es tan importante seguir juntos y tan fuertes como podamos. Siendo honesto, estaba preocupado, pensaba que no sería capaz de traer de vuelta a los chicos. Mi idea era que empeoraríamos. Pensaba que seríamos más débiles y, en ese caso, todos vendrían a por nosotros».