Los Golden State Warriors han confirmado que Kevin Durant será baja para el partido de la noche del sábado ante New Orleans Pelicans. El motivo de esta ausencia es una torcedura de tobillo que el alero arrastra desde hace varios días y que no solo no ha mejorado sino que ha empeorado.
El motivo de esta ligera recaída es producto de que Durant participó en el encuentro que los Warriors disputaron contra Oklahoma City el miércoles. Hasta aquí todo debería ser normal. Durant jugó antes de tiempo, como tantas otras veces ha pasado a lo largo de la historia del deporte.
La cuestión es que Steve Kerr, entrenador de Golden State, ha revelado que Durant jugó el miércoles para no perderse uno de los partidos señalados por la NBA y cumplir así con la nueva regla que la Liga ha impuesto, la cual dice que los equipos no pueden dar descanso a sus jugadores estrella en partidos clave, especialmente si son fuera de casa.
“Creía que estaba bien”, dijo Kerr tras el partido ante los Bulls según recoge Associated Press. “Pensábamos que estaba bien, pero tras el partido estaba dolorido. Seguro que la Liga está feliz con nosotros por haberle puesto en su partido ‘clave’ con Westbrook y todo eso, pero al día siguiente estaba dolorido así que no deberíamos haberle puesto”.
Este parece el primer problema que genera la nueva norma de la NBA que impone intereses globales de la competición a las opiniones de entrenadores y cuerpos técnicos sobre qué jugadores deben jugar o no en función de molestias o cansancio acumulado.
Durant no jugó en Brooklyn el domingo, sí lo hizo el miércoles ante los Thunder —obligado—, se perdió el encuentro del viernes contra Chicago y tampoco estará ante New Orleans este sábado.