Hay determinados jugadores que se niegan a aceptar que la edad les fuerza a pasar de superestrellas a hombres de rotación, pero este no parece ser el caso de Dwight Howard. El pívot, que ya dio muestras de su capacidad de adaptación en su temporada 19-20, ha vuelto a los Lakers este verano en busca de un segundo anillo, y tiene claro que si quiere ser útil en dicho intento debe dejar las individualidades a un lado y ponerse al servicio del equipo. Esto es al menos lo que ha comentado en unas declaraciones para Austin Green, del medio Silver Screen and Roll, que le preguntó acerca de cómo es jugar junto a dos superestrellas como LeBron James y Anthony Davis.
«Creo que es una cuestión de sacrificio y de plantearte a cuánto estás dispuesto renunciar conseguir un anillo» afirmó el pívot. «El año en que estuve de vuelta en los Lakers (19-20) fue el año en que me di cuenta de esto, y me dije que tenía que aprender a limitarme a hacer lo que se me pedía aunque a veces fuese muy duro. Todos queremos anotar y todos queremos ser el jugador que aparece en la portada de los periódicos al día siguiente, pero al final, levantar el trofeo de campeón y celebrarlo con tu ciudad y con la gente a la que amas vale mucho más que eso».
Aquel regreso a los Lakers en 2019 marcó un antes y un después en la trayectoria de Howard, que solo había sido suplente en un partido en toda su carrera hasta entonces. Esa temporada, sin embargo, no solo lo fue en prácticamente todos los encuentros, sino que disputó menos minutos que nunca y tuvo menos protagonismo ofensivo que en cualquiera de sus temporadas anteriores. Y sin embargo, fue precisamente ese rol el que le hizo un jugador fundamental en el campeonato de los angelinos.
En vista de estas declaraciones, el pívot parece tener claro que puede seguir siendo un hombre importante siempre y cuando comprenda sus limitaciones. Sin duda, es esta mentalidad la que hará de él una pieza de valor en el esquema de Frank Vogel.
(Fotografía de portada: Kevin C. Cox/Getty Images)