Dwight Howard ya es oficialmente nuevo jugador de los Atlanta Hawks. En su presentación destacó dos objetivos principales: Ganar un título para la franquicia de Georgia y limpiar su imagen debido a la reputación tan negativa que se ha ganado.
El jugador de 30 años acordó un contrato por tres temporadas y 70,5 millones de dólares. Y volvió a insistir, él no es ningún cáncer de vestuario pese a la extendida creencia popular.
«La única cosa que realmente me molesta escuchar es que soy un cáncer para el vestuario, y que soy un tipo que quiere dividir a sus compañeros», admitió. «Nunca he sido así en toda mi vida. Siempre he sido alguien que une a la gente, ya sea mis compañeros, a la comunidad, a mi familia, etc. Solo escuchar esa palabra, ‘cáncer’, me molesta porque para ser honesto, no lo soy. Siempre he sido alguien que se preocupa por sus compañeros de equipo. Y escuchar ‘cáncer’, ‘diva’ y cosas por el estilo. Ese no soy yo», explicó.
Plena confianza de Atlanta
Pese a que su rendimiento en el último curso fue bastante discreto, lo cierto es que la confianza que le transmitió la gerencia de los Hawks fue un factor fundamental para su fichaje. Howard destaca que tanto Grant Hill como el general manager Wes Wilcox y el técnico Mike Budenholzer siempre creyeron en él.
«Grant Hill fue una parte importante en todo este proceso», dijo sobre el dueño minoritario de los Hawks y antiguo ex-jugador de Orlando Magic.
«Para alguien como él (Hill) que creyó en mí, también Wes (Wilcox) y Budenholzer. Todos estos chicos creyeron en mí y eso me dio mucha confianza. Después de la temporada estaba un poco decaído. Me hicieron sentirme otra vez muy bien conmigo mismo», señaló.
En su última temporada vistiendo la camiseta de los Rockets sus números fueron de 13,7 puntos, 11,8 rebotes, 1,4 asistencias y 1,6 tapones en 32,1 minutos sobre el parquet.