La grandeza de Dwyane Wade salva a Miami

Tradicionalmente, Miami no ha sido ciudad de baloncesto, donde el béisbol y el fútbol americano han tenido un legado bastante más importante. Si alguien ha conseguido cambiar esa tradición (con los respetos debidos al arquitecto Pat Riley), es Dwyane Wade.

13 años después de su llegada a la NBA, 10 años después de ser el MVP de las Finales en el primer título de sus Heat, y 2 años después del fin de la era de LeBron James, Wade salvó a Miami de una eliminación dolorosa. En un cerrado duelo en Charlotte, el escolta tuvo uno de los finales más memorables de su carrera para derribar el esfuerzo de un monstruoso Kemba Walker (37 puntos) y el resto de Hornets, para acabar con un 90-97 a su favor.

Wade acabó con 23 puntos, 6 rebotes, 4 asistencias, 3 tapones y 2 robos, números magníficos para un jugador que hace un par de años parecía en el declive de su carrera por sus problemas de rodilla. Pero fueron sus cuatro minutos finales los que sentenciaron, con 8 puntos (incluidos sus dos primeros triples desde diciembre de 2015), 1 robo y 1 tapón sobre Kemba Walker que ponía el punto y final a las opciones de Charlotte de sentenciar la eliminatoria. Miami vivirá un séptimo partido el domingo cortesía del jugador más importante de la historia de la franquicia.

Exhibición sin premio

Kemba Walker no tuvo ningún miedo a la responsabilidad, especialmente ante el flojo partido de otros anotadores habituales como Jeremy Lin (8 puntos, 1/8) y Marvin Williams (0 puntos, 0/7). Para colmo, Nicolas Batum no llegó a los 15 minutos por un esguince en el pie que le obligó a abandonar el partido. Aunque Al Jefferson y Cody Zeller tuvieron buenos minutos en la pintura, al final los Hornets dependieron de Walker casi en exclusiva. Sus 37 puntos estuvieron cerca de salvar la pequeña ventaja que Miami mantuvo durante todo el partido, pero sin premio final.

A vida o muerte

Los Hornets llegará al séptimo y definitivo duelo con la presión de no dejar escapar la victoria más importante de la franquicia en la última década. Todo ante un equipo con más experiencia en el vértigo de los partidos a vida o muerte. Aún así, la capacidad de los hombres de Steve Clifford para sobreponerse a las adversidades, habiendo remontado un 2-0 en contra sin el lesionado Nicolas Batum (quien será duda para el Game 7) hacen presagiar un final de la serie a la altura de los competidos partidos anteriores.


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