Dwyane Wade salvó del horror un partido sin brújula

Miami y Toronto se enzarzaron en una batalla de desaciertos que acabaron decidiendo Erik Spoelstra desde el banquillo y, especialmente, Dwyane Wade desde la cancha. El nuevo escenario dejado por las bajas por lesión de Hassan Whiteside y Jonas Valanciunas mostró un baloncesto desolador, sin brillantez ofensiva y abandonado a una partida de ajedrez táctico que acabó literalmente en tablas tras los 48 minutos iniciales. Solo tras otro tiempo extra (el tercero en esta serie), Miami pudo ganar por 94-87 y equilibrar la eliminatoria a 2 victorias.

La extraña realidad en Lowry y DeRozan

Desde el principio de partido quedó clara la situación de los All-Stars presentes en Miami. Kyle Lowry y DeMar DeRozan (6/28 combinado en tiros de campo) regresaban a su desesperante imagen de desacierto de estos Playoffs. Sus problemas físicos (de codo por parte del base y de pulgar por parte del escolta) y, en ocasiones, su falta de confianza han anulado el impacto positivo de las dos estrellas de Toronto. Por Miami, Wade siguió mostrando su mejor baloncesto de la era «post-LeBron». Sus 30 puntos fueron en muchas ocasiones el único sustento de unos Heat decepcionantes en ataque, incapaces de aprovechar los excesivos regalos de Toronto.

El equipo de Dwane Casey sobrevivió gracias a sus secundarios. Jugadores como Terrence Ross (14 puntos) o Bismack Biyombo (13 puntos y 13 rebotes como titular) dieron buenos minutos puntuales para Toronto, suficiente para mantener a raya a Miami, demasiado dependiente de sus entradas a canasta por la falta de interiores resolutivos y de acierto exterior (1/15 en triples). Ante la irrelevante presencia en la pintura de jugadores como Amar’e Stoudemire, Udonis Haslem o Josh McRoberts, su entrenador Erik Spoelstra decidió jugar de forma extrema a partir del último cuarto la carta del «small ball», y ese cambio acabó siendo ganador.

Ajedrez en Miami

Con Justise Winslow (excepcional en las peleas en la pintura del último cuarto y la prórroga) y Luol Deng como lo más parecido a jugadores interiores, el movimiento de Spoelstra pilló a los Raptors con el paso cambiado. Dwane Casey movió pieza sacrificando al inspirado Bismack Biyombo, lo cual acabó siendo un error mortal. Kyle Lowry acabó eliminado antes del final del último cuarto, DeMar DeRozan fue un factor negativo y los secundarios de Toronto notaron el peso de un final en el que no sentenciaron.

Por su parte, Miami se hizo con el control en la zona sin la intimidadora presencia de Biyombo y la sangre fría de Wade remató sin piedad. Los Raptors salieron heridos de un partido que podía haberles puesto a solo una victoria de las Finales del Este. La batalla por alcanzar la penúltima ronda se alargará al menos dos partidos más para alegría de unos Cavaliers que, por lo visto hoy, solo deberían temer un exceso de relajación.


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