Esta próxima madrugada los Miami Heat retirarán de manera oficial el número 32 que vistió Shaquille O’Neal entre 2004 y 2008. Y lo harán precisamente ante Los Angeles Lakers, el otro equipo que le vio ascender al olimpo de los dioses del baloncesto.
Dwyane Wade, quien fuera su gran compañero de batallas, ha querido recordar como fue la llegada de O’Neal y como éste cambió el rumbo de la franquicia. «Teníamos la gran visión de ser un equipo de campeonato, pero no fue real hasta que Big Fella llegó y se detuvo en ese gran camión», destacó.
O’Neal aterrizaba en Miami, y lo hacía a lo grande. No era para menos. Paralizaba más de media ciudad montado en un camión de doce ruedas y dando espectáculo. Apenas un año después de su fichaje le brindaba a la franquicia su primer título de la NBA al imponerse a los favoritos Dallas Mavericks por 4-2.
«Shaq lo cambió todo en Miami. Cambió todo para todos», admitió Wade.
Riley, siempre agradecido
Tras ocho exitosos años en Lakerland, Pat Riley aprovechó el roce de Kobe y Shaq para conseguir al gran dominador de los tableros mediante traspaso. El acuerdo se cerraría el 14 de julio de 2004 en una operación formada por Lamar Odom, Caron Butler, Brian Grant y una futura ronda del Draft.
El fichaje de Shaq supuso un antes y un después para el Heat, una franquicia tradicionalmente perdedora que buscaba un compañero para su joven promesa Wade.
«Cambió la dirección de nuestro equipo», señaló Riley. «Trajo una legitimidad absoluta a nuestra franquicia y cuando ganamos el campeonato, creo que de alguna manera nos llevó a la cima. Merece ser honrado con su número colgado en nuestras vigas. Pero no solo por respeto, sino por lo que hizo por nosotros», explicó.
O’Neal disputó en Miami 205 partidos de temporada regular con unos promedios de 19,1 puntos y 9,1 rebotes por noche.