El Big Two no puede con el Big Three: 3-0 para los 76ers con un Embiid sideral

La distancia entre ambos equipos es demasiado amplia. En calidad, en profundidad, en sistema, en flow…. el orden natural de las cosas indica que esta serie debe terminar en barrida, y los de Pensilvania están a solo un triunfo más de conseguirlo. A los Washington Wizards, que remaron contracorriente para estar aquí hoy disputando los playoffs, no se les puede exigir mucho más.

Solo desde el arranque y aún con los de Scott Brooks tratando de achicar espacios y cerrar filas atrás, ya se notaba que la magia, la velocidad y la confianza se adueñaban de cada uno de los dorsales de los 76ers. Y a pesar de oponer cierta resistencia, los Wizards veían como sus rivales les endosaban ya 38 puntos en el primer cuarto.

Mientras Westbrook trataba de ejecutar con velocidad y encontrar algunas de las rupturas provocadas por Gafford, las opciones en ataque de Philly se multiplicaban hasta el infinito. Seth Curry como continua amenaza exterior y Embiid también más agresivo por fuera hacían salir a la defensa y abrir espacios en la zona pintada, bien aprovechadas en varias acciones de puerta atrás, con un Simmons en su salsa desde el pase por arriba gracias a su visión y envergadura.

Beal, Russ y Hachimura anotaban como podían para tratar de aplazar lo inevitable: que los 76ers rompieran el marcador. Pero al tercer cuarto, Embiid desató el huracán que lleva dentro. Y lo hizo desde todos los frentes y de manera hermosa: fadeaways desde el mid-range con doble marcaje, penetraciones finalizadas con mates cambiados, triples, tiros a tabla… así hasta alcanzar los 36 puntos.

«No puedo imaginar a nadie jugando mejor que él», fueron las palabras de, nada menos, el entrenador rival, Scott Brooks. «Es el nivel de un auténtico MVP. Definitivamente, es casi imposible de frenar».

Un regalo para los ojos del espectador, y una fiesta a la que se unieron casi desde el primer momento Tobias Harris (20) Ben Simmons (14 puntos y 9 asistencias) y los francotiradores del equipo, Danny Green y el menor de los Curry (15 tantos cada uno con un combinado 8 de 15 en triples). Y es que no hubo más. Philadelphia terminó con un58,6% en tiros de campo y 51,3% en larga distancia.

La defensa de los Wizards, indecisa, desmoronada e impotente, terminaba haciendo aguas y no encontraba la manera de devolver los golples. Raul Neto estuvo horrible como microondas desde el banquillo (1 de 12), y los 51 puntos de su dupla estelar solo sirvieron para salvar el honor pero no para evitar la paliza, pues tras los 48 minutos de tiempo reglamentario el luminoso reflejaba un 132-103, y la clara advertencia de que los 76ers preteden resolver la serie por la vía rápida para llegar ‘modo spa’ al cruce de semifinales que les depararía como escollo, bien New York Knicks, bien Atlanta Hawks.

(Fotografía de portada de Rob Carr/Getty Images)


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