El Chase Center ha cumplido 5 años desde que abrió sus puertas por primera vez. En aquel 8 de septiembre de 2019, Metallica inauguraba el que era la joya de la corona de una dinastía y una franquicia que cambió su historia a lomos de Stephen Curry y compañía. Y que se mudó de Oakland a San Francisco sin dejar la Bahía pero con la clara idea de perseguir los regueros de dinero de Syllicon Valley. Un lustro después se puede decir que el recinto es una máquina de hacer dinero que ha generado alrededor de 4.200 millones de dólares para la economía de la ciudad desde su apertura.
Esto cuantifica cifras de impacto directo (venta de entradas y actividades en el recinto) como indirecto (ocio que rodea a los eventos en los locales colindantes). Para poner en perspectiva, según el portal Macrotrends el Madison Square Garden ha generado 4.047 millones de dólares en el mismo espacio de tiempo. Eso sí, sin contar la facturación de actividades que no se realizan dentro del estadio o en sus instalaciones propias. Tomando solo esas cifras, lo generado por el pabellón de los Golden State Warriors registra una cifra nada desdeñable de 2.900 millones.
Todo ello, con el obvio asterisco e implicaciones del COVID-19. Que obliga a relativizar todo cuanto ocurrió en materia financiera desde marzo de 2020 hasta ya entrado 2022. Aun así, durante estos últimos cinco años, la economía del distrito asciende entre un 15 y un 40% en día de partido o evento. Lo cual hace pensar que, aunque el día de mañana falte Curry, el Chase Center va a seguir siendo un activo financiero de primera clase.
(Fotografía de portada de D Sharp/X)