Dos partidos y dos derrotas. Ese es por ahora el balance del tiempo que han compartido en pista Luka Doncic y Kyrie Irving. Aún es pronto para hacer balances, pero la realidad es esa.
Anoche, contra Minnesota, se vivió además una situación que habla mucho de lo que ocurre cuando tienes a dos estrellas de este calibre. Tras levantar una desventaja de 26 puntos, los Mavericks estaban tres puntos abajo con el balón en su poder. Todos esperábamos ver quién de los dos se jugaba ese último tiro, pero nos quedamos con las ganas, ya que se dieron varios pases entre ambos hasta que Irving perdió la pelota… No hubo ni tiro. He aquí la jugada.
«No conseguimos un tiro claro, simplemente nos pasamos el balón el uno al otro… Creo que fue una gran defensa. Yo intentaba conseguir un tiro para él y él lo buscaba para mí. Al final nadie lanzó y se fue el balón…» comenta Doncic.
Para Irving, la acción fue igual o más dolorosa. «Hombre. Todavía estoy tratando de recuperarme emocionalmente… Aún está tan crudo… Me hubiera gustado al menos conseguir un tiro. Realmente quería esta victoria», recalca el recién llegado.
Lo cierto es que hablamos de un proceso de adaptación que, como ya dijo Irving, no se puede forzar. Doncic está acostumbrado a que todos los balones sean para él y ahora le toca compartir. Encontrar el punto medio no será sencillo, pero la parte buena es que a ambos se les ve con la predisposición necesaria para conseguirlo.
Un récord baldío
Así es. El promedio de 30 puntos de Luka Doncic, unido al de 32 de Kyrie Irving, les convierte en la primera pareja en la historia de la NBA en promediar 30 puntos cada uno en sus primeros partidos juntos como compañeros de equipo; señala EliasSports. Sin duda se trata de un dato que deja claro el potencial de un dúo que puede ser el más talentoso de la Liga. Como decíamos, se están aclimatando a jugar juntos. Si encuentran el entendimiento perfecto, pueden dar miedo.
(Fotografía de Ron Jenkins/Getty Images)