El increíble tercer cuarto de Dallas tumba a los Lakers

Los Mavericks se llevaron el segundo partido de la jornada de Navidad al derrotar a los Lakers por 124-115. Los texanos ahondaron en la crisis de los angelinos endosándoles su cuarta derrota consecutiva, aprovechando las evidentes carencias del equipo sin Anthony Davis en pista para llevarse el duelo sin excesivo sufrimiento. Pese al pobre inicio, Dallas le tomó el pulso al duelo tras el descanso, momento a partir del que hubo una diferencia mucho mayor de lo que el marcador final reflejó.

El plan inicial de Darvin Ham parecía claro: sacar el balón de las manos de Luka Doncic. Confiando en que con un marcaje muy agresivo sobre el esloveno el ataque local se atascase, los Lakers defendieron con ayudas muy largas sobre el base, llegando incluso al 2vs1 en muchas ocasiones y negándole la posibilidad de atacar con tiempo y comodidad. Esto, por supuesto, regaló muchos espacios al resto, espacios que Luka aprovechó para generar muchos tiros cómodos pero que sus compañeros no castigaron al quedarse en un pobre 5/22 en triples en la primera mitad.

Dicho desacierto permitió a los visitantes irse por delante al descanso tras dejar a Dallas en solo 43 puntos, pero el plan terminó revelándose como imposible de sostener durante 48 minutos. A la vuelta de vestuarios, los texanos afinaron puntería y aprovecharon la agresiva defensa sobre Doncic para bombardear a los Lakers desde el perímetro, anotando 9 triples en 13 intentos comandados por el acierto de Tim Hardaway Jr., que logró en este parcial 16 de sus 26 tantos. No obstante, no fue ni mucho menos el único en brillar, pues los Mavericks sumaron un total de 51 puntos en estos 12 minutos que les hicieron firmar el mejor cuarto de su historia a nivel ofensivo y el mejor jamás firmado por ningún equipo en la jornada de Navidad.

En este sentido, fue fundamental la paciencia y la buena lectura de Doncic para no desesperarse ante los fallos de sus compañeros. Lejos de empezar a forzar sus propios tiros, el base siguió generando buenas situaciones para el resto, y una vez que estas empezaron a convertirse en canastas se abrió un nuevo mundo para él. Ham tuvo que dar marcha atrás en su defensa tan agresiva, lo que permitió a Luka abusar de la defensa individual de Beverley y Westbrook, atacar una pintura en la que no estaba Anthony Davis, y empezar a divertirse y divertir a las grandes del American Airlines Center.

Luka terminó así con 32 puntos, 9 asistencias y 9 rebotes, y aunque estas son cifras relativamente frecuentes en él, no siempre las alcanza exhibiendo un dominio del juego y de la situación tan grande. Esta vez encontró además el apoyo de un sensacional Christian Wood, que con 30 tantos, 8 rebotes, 7 asistencias, 4 robos y 2 tapones jugó uno de sus partidos más completos desde la llegada a los Mavericks y pidió a gritos a Kidd que le siga dando más minutos de los que acostumbra.

Sin regalos para LeBron

Si los Lakers lograron evitar una paliza abultada tras lo visto en el tercer cuarto fue casi exclusivamente por el empeño de LeBron James en evitar que así fuese. El alero volvió a brillar en la jornada navideña y firmó una actuación sensacional al alcanzar los 38 puntos con un 56,5% de acierto en tiros de campo (13/23), pero la contribución de sus compañeros fue prácticamente nula en los dos lados de la cancha. Pese a no merecerlo, el de Akron se encontró con un paquete de carbón bajo el árbol, pero no uno traído por un señor vestido de rojo sino por otros cuatro hombres de oro y púrpura.

Rusell Westbrook y Austin Reaves, con 17 y 16 tantos respectivamente, fueron sus mejores aliados, pero su aportación no fue suficiente para mantener con vida a unos Lakers que se desplomaron en cuanto Dallas dejó de fallar tiros abiertos. El equipo parece cada vez más a la deriva sin Davis para sostenerlo, y actuaciones como la de esta jornada sirven como argumento para aquellos que piensan que no vale la pena sacrificar los picks del draft en un traspaso que difícilmente levante este proyecto por sí mismo.

«Antes de empezar, hablamos de lo importante que era mantener durante todo el partido nuestro nivel de energía, esfuerzo y competitividad» comentó Ham. «Pero se ve que en el descanso nos dejamos todo eso en el vestuario».

(Fotografía de portada: Ron Jenkins/Getty Images)


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