El mejor Andre Drummond de toda su carrera

El pívot ha desatado sus promedios en todas las estadísticas y ha cuajado sus partidos cumbre como profesional en este arranque

Parece como la historia interminable. Por mucho que la estrella del equipo se empeñe en optimizar más y más nichos del polvorín particular, los Detroit Pistons siguen sin salir del agujero en el que llevan metidos desde el año 2008, fecha en la que disputaron su última final de conferencia, la sexta seguida por aquel entonces. En este caso es Andre Drummond quien se está saliendo de las tablas, completando un inicio de temporada ilusionante que no está encontrando, eso sí, réplica en la marcha de su equipo.

Pese al 4-5 para dar la bienvenida a la temporada, los Pistons empiezan a tener motivos para sonreír. Además de que Blake Griffin esté a punto de caramelo para regresar a las pistas, como decimos, Drummond está ofreciendo las actuaciones más profundas de su carrera.

La versión del pívot que contemplamos en este arranque de temporada (nueve partidos de Detroit) es excelsa: anota más que nunca, asiste, dirige, ordena, sigue reboteando como un rascacielos y ha actuado como referencia absoluta a la hora de tirar del carro en ausencia de Griffin,

Drummond está en máximos históricos de su carrera en puntos (21,9), rebotes (18,6, líder de toda la liga, otra vez), tiros de campo (58,2 por ciento), asistencias (3,1), robos (1,7), tiros libres (67,3%) o tapones (2,1) por noche.

A sus ya conocidas habilidades por los rechaces, donde ha sido máximo reboteador en tres temporadas (va camino de la cuarta), Drummond ha añadido un paso más en anotación y también otro tanto en defensa. Los atacantes rivales se piensan ahora dos veces acometer una excursión al aro cuando Andre lo está bloqueando. 2,1 tapones, la mejor marca de su carrera, así lo atestiguan, igual que el 49,3 por ciento de acierto de sus rivales en penetraciones defendidas por él dentro de la zona. O sea, estropea una de cada dos acciones de penetración que ocurren en los límites de su zona de influencia.

Su área de mayor efectividad se resiste a salir de la pintura, sigue teniendo problemas en los lanzamientos de media y larga distancia (el 70% de sus intentos son a menos de cinco pies del aro), pero, a su favor, también está progresando, poco a poco, en sus rangos de tiro; prueba de ello es que anota el 85,7% de las intentonas asistidas por un compañero a menos de 10 pies de la canasta.

Drummond ya lo ha intentado en otras temporadas (sobre todo la pasada) con el triple pero todavía se le resiste, dado que no ha convertido ningún lanzamiento de los seis que ha intentado. Este verano trabajó en este apartado de su juego, donde tiene mucho que mejorar, y tampoco sería descartable que aumenten sus aciertos una vez vuelva Griffin y se abran más huecos en las defensas.

No solo rebotes

El caso es que Drummond no está siendo solo el tradicional mastodonte que se atraganta de rebotes debajo de los aros y poco más. Está añadiendo muchas otras armas a su juego y se muestra más inteligente y líder que nunca.

Además de las buenas sensaciones, ha dejado actuaciones para el recuerdo, como ser el primer jugador con 25 puntos, 20 rebotes, 5 asistencias, 5 tapones y 3 robos desde que Hakeem Olajuwon lo consiguiera por última vez en 1989. Y en sus nueve comparecencias esta temporada ha conseguido un doble-doble.

Seguro, sus fértiles promedios bajarán conforme avance la temporada, más teniendo en cuenta que la vuelta de Blake Griffin está al caer; sin embargo el gran debe en el haber de Drummond es conseguir contagiar de su buen momento al resto del equipo. Contará con la inestimable ayuda de su compañero de pintura y ahí residirá el éxito o fiasco de la temporada de los suyos.

(Fotografía de portada: Photo by Streeter Lecka/Getty Images)


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