El Team Barry se lleva el Clorox Rising Stars

El All-Star Weekend ha dado comienzo, y, como de costumbre, los jugadores de la NBA han hecho su primera aparición en el Clorox Rising Stars. Este evento, que reúne a los jugadores de primer y segundo año y, como novedad, a integrantes del equipo Ignite de la G League, dio el pistoletazo de salida al fin de semana de las estrellas, acogido en esta edición por el Rocket Mortage Fieldhouse de Cleveland.

Cabe recordar que, con el objetivo de revitalizar el evento, la NBA había preparado un nuevo formato inspirado en la idea de partido a puntos que ha funcionado bien en el All-Star Game. En esta ocasión, los jóvenes se dividían en cuatro equipos, que disputaban unas semifinales en las que ganaba el primero en llegar a 50 puntos, seguidas de una final que se jugaba a 25. Y, con sus más y sus menos, puede decirse que el cambio ha dado sus frutos.

La primera semifinal enfrentó a los equipos dirigidos por Isiah Thomas y James Worthy, y lo cierto es que su inicio no fue ni mucho menos prometedor. El choque arrancó luciendo los defectos de las pasadas ediciones, en las que defender parecía estar penalizado y las posesiones de más de 7 segundos eran una rara avis. No obstante, cuando se llegó a los compases finales con el marcador apretado, el tono comenzó a cambiar.

Sin ser ni mucho menos una oda al baloncesto, el cierre del partido sí deparó al menos algo de emoción y de pique sano entre los dos equipos, que, sin abandonar el tono relajado y festivo, comenzaron a tratar de llevarse el triunfo. Jalen Suggs tuvo la opción de dar la victoria al Team Worthy desde el tiro libre, pero tras colocar a su equipo en 49 puntos con su primer lanzamiento, el trash talk de Haliburton pareció surtir efecto y el de los Magic erró en su segundo intento. No haría lo propio Desmond Bane, quien sí pudo decidir el duelo desde el 4,60, dando la victoria al Team Thomas por un ajustadísimo 50-49.

La segunda semifinal, que enfrentaba a los equipos de Gary Payton y Rick Barry, pareció contagiarse de esa energía del cierre del anterior duelo. Había más orden e interés en ambos conjuntos, al menos lo suficiente como para no dar lugar a un carrusel de mates al contraataque y dar de nuevo al choque unos últimos instantes parejos. De hecho, muchas de las acciones finales fueron muy disputadas, con rebotes peleados y balones divididos que dieron al evento un componente de intensidad que, aunque leve, venía siendo inexistente.

El partido llegó a su desenlace con un 48-47 favorable al Team Barry, aunque primero LaMelo Ball y luego Bones Hyland tuvieron la oportunidad de darle la victoria al Team Payton con sus respectivos triples que terminaron no entrando. Quien no perdonó fue Jae’Sean Tate, que con una agresiva penetración con rectificado incluido dio a los de Barry el pase a la final.

La final, que se jugaba a 25 puntos, no daba tiempo a los equipos para un inicio relajado, y ambos parecieron ser plenamente conscientes. Las defensas apretaron los dientes, incluso en transición, y el ritmo anotador bajó de forma más que notable. Los triples dieron al Team Thomas una cierta ventaja inicial, pero el Team Barry, cuyos hombres se movieron mejor y circularon mejor el balón, fueron poco a poco creciendo en el choque hasta que, tras un parcial de 13-2 coronado con un tiro libre de Franz Wagner, acabaron llevándose el partido por 25-20.

Así, con el Team Barry coronado como campeón, terminó una primera jornada del All-Star que, con el ambiente relajado de siempre, ofreció al menos algunos finales parejos y sirvió como entrante para los platos principales del fin de semana.

(Fotografía de portada: Jason Miller/Getty Images)


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