Harden permite a los Nets a romper su maldición en San Antonio

Corría el año 2003 la última vez que los Nets ganaron a los Spurs en San Antonio, aún como franquicia de New Jersey y con Jason Kidd como jugador estrella. Aquello ocurrió en unas Finales de no precisamente buen sabor para ellos, pues el anillo fue a parar a manos texanas, y si hablamos de temporada regular hay que ir todavía un año más atrás, a 2002, para encontrar su última victoria. O al menos así era hasta esta madrugada, en la que Brooklyn puso fin a una racha de 17 derrotas consecutivas y se impuso en el AT&T Center por 113-124 en un encuentro muy disputado que necesitó de una prórroga para encontrar ganador.

James Harden, con sus 30 puntos, 15 asistencias y 14 rebotes tuvo gran parte de la culpa de que el triunfo fuera a parar a manos neoyorquinas. El escolta logró con estos sensacionales números su séptimo triple-doble desde su traspaso, y firmó la que fue quizás su actuación más completa con su nuevo equipo, recordando a ratos a su versión más polivalente y de control absoluto de los Rockets.

«Honestamente, lo único que busco es encontrar formas de tener un impacto positivo en el juego del equipo que no sean simplemente anotar» afirmó. «Tenemos muchos jugadores capaces de meter el balón en el aro, y si ejerzo como generador para facilitarles los tiros lograré que sumemos canastas fáciles. Siento que ese es mi trabajo: no forzar, elegir bien, y conseguir buenas opciones para mis compañeros».

Kyrie Irving, con 27 tantos, fue el mejor acompañante de la Barba, aunque no puede decirse que ambas estrellas estuviesen ni mucho menos solas pese a la baja de Durant. Bruce Brown, con 23 puntos, volvió a firmar una gran actuación que le confirma como una de las grandes revelaciones del curso, mientras que Nicolas Claxton, con 17, logró la mejor anotación de sus breve carrera y fue el mejor de una segundad unidad muy discreta al margen de él. Sus irrupciones sorpresa (aunque Brown está dejando de ser una sorpresa) dieron aire a los suyos, y su actuación fue fundamental para que los Nets pusieran fin a su sequía en Texas.

Murray obra el milagro… pero es insuficiente

Por la forma en que transcurrieron los últimos compases del choque, el hecho de que se disputase una prórroga puede considerarse casi un triunfo para los Spurs. Los de Popovich perdían por 10 puntos a falta de menos de dos minutos (98-108), pero el colapso ofensivo de Brooklyn, que no anotó una sola canasta en dicho periodo, les dio la oportunidad de ir recortando las distancias poco a poco hasta colocarse solo dos abajo (106-108). Fue entonces cuando Dejounte Murray anotó una de las canastas sobre la bocina menos ortodoxas que se recuerdan.

Todo comenzó con un error de Irving, que falló una bandeja muy cómoda debajo del aro que habría sentenciado el choque. Murray se hizo con el rebote con unos cinco segundos en el reloj y trató de correr un contraataque, pero la presencia de Harden hizo que perdiese el control del balón y que estuviese a punto de caer al suelo. El esférico, sin embargo, no se alejó de su lado, lo que, tras unos instantes de lucha por recuperar la verticalidad, le permitió cogerlo, lanzar como buenamente pudo desde seis metros, y anotar sobre la bocina la canasta que forzaba cinco minutos de tiempo extra.

En la prórroga, sin embargo, los Nets fueron muy superiores, dominando con claridad de principio a fin y haciendo estéril la heroica acción de Murray, quien terminó como segundo máximo anotador de los suyos con 19 puntos, los mismos que Lonnie Walker IV. El líder de los texanos en esta faceta fue DeMar DeRozan con 22, a los que añadió 11 asistencias para firmar su sexto doble-doble de la temporada.

(Fotografía de portada: Ronald Cortés/Getty Images)


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