76ers y Grizzlies volvieron a la acción con un partido no apto para cardiacos. En su primer encuentro tras el parón del All-Star, ambos ofrecieron un duelo de poder a poder que acabó cayendo del lado de Philaldephia, que se impuso por 110-105 para mantenerse a la estela de Milwaukee y Boston. El conjunto de Doc Rivers estuvo prácticamente todo el choque por detrás en el marcador, pero logró tomar las riendas en el tramo final y sumar un prestigioso triunfo gracias a la irrupción de Joel Embiid y James Harden.
Los locales perdieron la delantera en el marcador cuando Desmond Bane puso el 7-8 y no volvieron a retomarla hasta muy al final de la noche. Memphis sacó a relucir su versión más arrolladora en la primera mitad y logró abrir una brecha que fue de hasta 17 puntos, y aunque la dinámica del partido fue cambiando poco a poco, parecía que la diferencia generada en este tramo iba a valerles gracias a su capacidad para frenar a unos 76ers que, sin embargo, lograron revertir la dinámica a tiempo.
Las cosas empezaron a cambiar en defensa, aspecto en el que Embiid tuvo un papel fundamental. El pívot tuvo muchísimos problemas a nivel ofensivo, y lo cierto es que aunque acabó con 27 tantos en su haber esto fue así toda la noche, pues se quedó en un pobre 7/25 en el lanzamiento y dependió de sus 17 viajes a la línea de personal para sumar con regularidad. No obstante, sus 19 rebotes y, sobre todo, sus 6 tapones marcaron el tono en la parte de atrás, especialmente el que colocó a Morant a falta de poco más de un minuto para mantener el partido en un puño.
«Como siempre digo, para mí la defensa es más importante que el ataque» afirmó el camerunés. «Por ejemplo, hoy he sido incapaz de meter ningún tiro, incluso aquellos que suelo meter. Pero defensivamente he tenido que ser una especie de Bill Russell para equilibrar las cosas».
James Harden, por su parte, acabó con 31 puntos y 7 asistencias, y logró ser el director de los mejores momentos locales a nivel ofensivo. Con 13 tantos y 5 asistencias en el último cuarto, La Barba comandó la reacción de los de Rivers, que con un triple de Tobias Harris a falta de 39 segundos lograron recuperar la ventaja tras muchísimos minutos por detrás y consumar la remontada en los instantes finales.
Los Grizzlies tuvieron sus opciones tras dicha acción, y no fueron precisamente pocas. Morant, que también estuvo lejos de tener su noche en ataque y se quedó en 15 puntos tras su 3/16 en tiro, pudo compensar su desacierto con la canasta que devolviese el liderato a los visitantes, pero su floater se quedó corto y dio pie a un contraataque en el que Philadelphia pudo ampliar su ventaja. En la siguiente posesión, los de Jenkins tuvieron hasta tres triples con los que intentar empatar el choque, pero tanto Desmond Bane, el mejor de los suyos con 25 tantos, como Jaren Jackson Jr. erraron sus intentos y no pudieron evitar que un encuentro que habían dominado prácticamente de principio a fin se quedase en el Wells Fargo Center.
(Fotografía de portada: Tim Nwachukwu/Getty Images)