Un tapón de Juancho Hernangómez sobre Bojan Bogdanovic a menos de 15 segundos para la conclusión del encuentro, y con 74-71 para España, selló frente a Croacia (73-79) el cuarto triunfo de los hombres de Scariolo en este Eurobasket 2017. Pleno de victorias para la selección española, virtualmente primera de grupo y a la que sólo un desastre ante Hungría le haría dar al traste con el liderato. Un liderato cincelado con tres triunfos muy claros y con una jornada de sufrimiento, de mucho sufrimiento, ante la Croacia de Dario Saric y compañía. Por instantes, el de los 76ers dominó el encuentro como quiso, dejó para la galería algún que otro pase que veremos repetido mucho estos días, y fue la cabeza visible, junto con la del propio Bogdanovic, de un cuadro balcánico que llegaba también invicto, que tenía el duelo casi perdido a falta de dos minutos y que hizo sufrir y mucho a España hasta los segundos finales. Y desde el salto inicial.
Horrible inicio
Los de Scariolo empezaron con un 0-6 de parcial en contra para un 10-1 inicial. Tras el tiempo muerto del técnico italiano, una combinación de Marc Gasol y Pau Gasol terminó con la canasta del pívot de los Spurs. Habían pasado 5 minutos desde el comienzo del partido, España únicamente había producido 1 punto, Ricky Rubio desde el tiro libre, y la hoja de lanzamientos era preocupante: 0/7 en tiros. España iba a sufrir.
Reacción rápida
No son pocos los que señalan que en torneos así es necesario tener algunos malos momentos, para aprender a pasarlo mal. Si eso es así, España ya transitó por su primer apuro, pero lo resolvió rápido. Del feo 1-10 mediado el primer cuarto se viró al 21-20 al término del primer parcial. Golpe encajado, devuelto… y a jugar.
Era el partido 1.000 de la selección española, y tal efeméride debía ser vestida con un triunfo ante un combinado de renombre y calidad como es el croata. España se puso en la tarea de estirar la ventaja en el segundo cuarto y alcanzó la mayor distancia en electrónico cuando restaban 3 minutos y 38 segundos para el descanso (33-28). Camino de los vestuarios, todavía esa renta era un poco mayor (38-32). Y lo era a pesar del 7/22 en tiros de 2, algo aliviado por el 45% en tiros de tres y San Emeterio como máximo exponente de esa faceta (2/3).
Croacia y los árbitros también tiene algo que decir
Por algo los croatas eran líderes junto con España del Grupo C. Un balance de 3-0 siempre significa algo, y Croacia se encargó de meterse en el partido de nuevo a la vuelta de las duchas. Con 10 minutos por disputarse, Saric y compañía comandaban la tarde (54-53). Era un duelo donde ya había salido a relucir la segunda unidad de España y donde Pau no tenía una tarde especialmente espectacular, aunque acabó con doble-doble (11 puntos y 10 rebotes), así de exigentes somos a veces con el mejor jugador de todos los tiempos.
La ruta en el decisivo último cuarto la marcó la defensa de España, que ahogó la anotación rival durante casi todo el asalto final. La pelea entró entonces en un toma y daca de canastas, con apariciones estelares de Sergio Rodríguez, Ricky Rubio, la citada de Juancho Hernagómez… y los árbitros, que castigaron con doble técnica a España a falta de un minuto y medio para que todo acabara. Entonces, el marcador era próspero para los actuales campeones de Europa (63-68). Tras las dos técnicas, una a Pau Gasol y otra a Scariolo, el electrónico hablaba de un ajustado 67-68 y todo un mundo por jugar. Saric, quien acabó con 18 puntos, 13 rebotes, 5 asistencias, 2 robos y 2 tapones, no había perdonado desde el libre.
Desde ahí, España supo sufrir y administrar esa exigua ventaja maximizando el acierto, como el de Ricky desde los libres. Bogdanovic, que le había hecho una parecida al menor de los Hernangómez unos segundos antes, entró de nuevo rápido a canasta en busca de puntos eficaces y de que no corriera el tiempo. Pretendía el 74-73, la vida en unas escasas centésimas. Pero todo se le fue al limbo cuando el largo brazo de Juancho apareció, taponó las tentativas enemigas y puso la noche sobre Rumanía. Al final, 79-73, 4-0 para España y Hungría como último escollo en una fase de grupos impecable.